Hallan 3 cabezas humanas en un túnel de Acapulco
Las autoridades también hallaron un mensaje amenazante.
Foto: A
Las bolsas con las cabezas de hombres fueron encontradas en las afueras del túnel que conecta el puerto con las afueras de la localidad, informó en un parte policial la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero, estado en el que se localiza Acapulco.
En el lugar se encontró un mensaje escrito en el que se advertía que las decapitaciones se habían hecho en represalia por el asesinato de un hombre durante un intento de secuestro.
En otro hecho, la SSP también reportó que un grupo armado disparó contra las instalaciones de una comandancia policial de Acapulco el domingo. Un agente resultó lesionado
Mueren siete policías y tres sicarios
Mueren siete policías y tres sicarios en dos ataques en el noroeste de México
En Ciudad Juárez también se vivió una jornada violenta este fin de semana.
Foto: AP
En el primero de los tiroteos fallecieron dos de los atacantes, uno resultó herido y otros dos fueron arrestados en el poblado Bateve del municipio del Fuerte, donde varios hombres armados que viajaban en 10 camionetas intentaron emboscar a militares que vigilaban la zona y que repelieron la agresión, según el diario El Universal.
Tras este hecho los soldados lograron asegurar cuatro armas de fuego, tres granadas de fragmentación, un lanza granadas, 28 cargadores abastecidos, 128 cartuchos útiles, dos camionetas con reporte de robo, vestimenta tipo militar, botas y equipos de intercomunicación.
Al parecer, cuando la policía trasladaba a los dos sicarios detenidos a la capital del estado, Culiacán, fueron sorprendidos sobre las 15.00 horas (20.00 GMT) por un comando integrado por una treintena de personas que viajaban en varias camionetas blindadas.
En este segundo ataque contra elementos de la Unidad Especializada en Órdenes de Aprehensión, fallecieron siete jóvenes agentes y uno de los detenidos, y resultaron heridos otros cinco policías y el otro arrestado.
Los heridos fueron ingresados en una clínica de Guasave que está siendo vigilada por el Ejército mexicano, según la edición digital de El Sol de Mazatlán.
Tras ambos sucesos se estableció un fuerte dispositivo de seguridad por tierra y aire para intentar detener a los sicarios que incluyó diversos registros en viviendas de los alrededores.
La desvergüenza de Beatriz.
La desvergüenza de Beatriz.
La primera conmoción nacional por los secuestros ocurrió a mediados de los 90, con los casos Harp, Vargas, Losada, Senderos. México estaba gobernado por el PRI. Los guaruras se centuplicaron.
Cuando en 1994 y 1995 las bandas de secuestradores de La Víbora, Los Aparicio, Los Tlaycas tomaron Morelos, la entidad era gobernada por el priista Jorge Carrillo Olea, un especialista en seguridad. Quedó registro de la complicidad entre criminales y policías. El director de la Policía Judicial morelense era una leyenda policiaca del PRI: el capitán Jesús Miyazawa.
El apogeo de los cárteles de la droga en Jalisco comprendió también el periodo del gobernador priista Enrique Álvarez del Castillo, a quien luego el priista Carlos Salinas de Gortari nombró Procurador General de la República.
El auge de los cárteles y el crimen en Sinaloa se dio entre gobernadores priistas: Antonio Toledo Corro, Francisco Labastida, Renato Vega.
Con el argumento de que poco pueden hacer con la migración, los municipios conurbados del Estado de México han sido desde el priista Carlos Hank González hasta el priista Enrique Peña Nieto, zona franca para delincuentes grandes y pequeños.
Chihuahua es hoy la entidad más violenta del país. El PRI la gobierna desde hace diez años. Ni qué decir de Tamaulipas, Coahuila, Durango, Oaxaca...
Con una desvergüenza del tamaño de la desgracia, la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, culpó a los "otros" por la presente tragedia de la inseguridad. Y perfiló a su partido como el único que en el futuro puede encararla y doblarla. Su partido, el de Cosío Vidaurri, Cavazos Lerma, Yarrington y Montiel.
Desvergüenza: dicho o hecho impúdico o insolente.
Desvergüenza, la de Beatriz. Y la del PRI: la opción de la experiencia !!!
A ESTO LE LLAMO DESCARO Y CINISMO......
Y ¿ a éstos elegiremos para que nos vuelvan a gobernar...??? Pobre México, pobre República, Sólo un país tercermundista reelige a sus dictadores....
Ya vemos a Salinas frotándose las manos detrás de su niño bonito Peña Nieto, de los Mexicanos depende, .....y probablemente nos lo merezcamos por apáticos, sin civismo ni amor a esta tierra......
TRISTE REALIDAD DE NUESTRO MÉXICO.
Más competencia y menos injerencia
Godofredo Rivera
Ya están otra vez los estatólatras (algunos periodistas, analistas y académicos) aullando por que el gobierno no interviene en el conflicto de los oligopolios de Telmex, TV Azteca y Televisa. También chillan por que el gobierno se ha quedado de “brazos cruzados” en la quiebra y conflicto laboral de Mexicana de Aviación.
Los hay de todo, los que quieren que la autoridad intervenga para sólo dirimir en el conflicto, hasta los más trasnochados estatistas que quisieran que el gobierno interviniera expropiando a todas estas empresas para ejercer “la verdadera rectoría del Estado.” Cómo extrañan a Jolopo estos trasnochados estatólatras.
Antes de proseguir con sus llantos estatistas, les recuerdo un pequeño detalle. Todos estos conflictos se deben a lo contrario, se deben precisamente a la mismísima intervención gubernamental.
Remontémonos un poco al pasado priísta. Ellos terminaron de “perfeccionar” a la constitución socialista de 1917. En el artículo 28 de la Constitución (un artículo que además soporta jurídicamente a los nefastos controles de precios) se señala que en México están prohibidos los monopolios excepto los del Estado en materia de “correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear, electricidad; la comunicación vía satélite y los ferrocarriles”. Este artículo además otorga una tremenda discrecionalidad al Estado para “concesionar” al sector privado aquellas actividades económicas que considere de “vital importancia” para el “desarrollo nacional” (¿?).
Hasta donde sé toda actividad económica que no cause externalidades negativas a otros es importantes para la economía. Eso de “Desarrollo Nacional”, “Plan Nacional de Desarrollo”, son terminejos usados por los socialistas que han redactado la Constitución y que no entienden nada de competencia económica y libertad individual.
Precisamente durante muchas décadas éste artículo constitucional socialista ha dado pie para que el gobierno se convierta en un tremendo interventor de la economía, en un monopolio descomunal de diversas actividades económicas. Esto también ha traído como consecuencia que surjan otros monopolios descomunales y nefastos en el área sindical como educación, salud y petróleo.
De aquí se desprende ese enorme pulpo gubernamental que ha poseído en la historia de México, además de lo arriba citado, líneas aéreas, bancos (a los mercados de capital de milagro no los han expropiado, aunque en el pasado priísta si hubo amenazas), compañías mineras, empresas de telefonía fija, canales de televisión y periódicos, amplias redes de transporte, aeropuertos y puertos marítimos, vaya, hasta estadios y equipos de fútbol.
Luego, claro, la crisis inevitable de todo gobierno estatista, empresas quebradas por manejarse con criterio político, endeudamiento descomunal, inflación y devaluación desastrosa de la moneda. Y luego, también claro, a corregir y privatizar empresas quebradas. Sí, la vieja historia que conocemos los mexicanos.
Aquí empiezan los problemas otra vez. La historia nos ha enseñado que privatizar sin un adecuado marco normativo que promueva ampliamente la competencia, es un error fatal.
Las privatizaciones exitosas (que las hay aunque las nieguen los estatistas) se han basado en un entorno legal que para empezar desaparece esa figura socialista llamada “concesión”, un marco y entorno legal que garantiza la plena concurrencia de competidores a los mercados. La propiedad privada es un derecho natural del ser humano, no una concesión del gobernante. Las privatizaciones exitosas se han hecho sobre la base de garantizar el libre acceso de cualquier empresa a cualquier industria.
¿Qué ha pasado en México con algunas privatizaciones? Se han convertido en oligopolios todo poderosos que se amparan para evitar a toda costa la entrada de cualquier nuevo competidor al mercado. En éste momento Televisa y Azteca chillan por las altas tarifas de interconexión que les cobra Telmex (están ya en el negocio de la telefonía móvil, y se ven afectado cuando se interconecta un teléfono móvil con uno fijo) pero dicho abuso fue resultado del marco legal con que se privatizó Telmex, al que se le dio el monopolio exclusivo en toda la construcción de la red telefónica.
A los señores de la televisión ya se les olvida que su nacimiento tuvo el mismo origen. El de Televisa, producto de los viejos gobiernos priístas que le concesionaron el servicio a cambio de ser un total lacayo y jamás señalar los errores ó abusos del poder gubernamental. En el caso de Azteca, su privatización fue acompañada con la garantía de ser el único competidor privado de Televisa. Ambas televisoras (duopolio) cobran tarifas por anunciarse en televisión que son de las más altas del mundo. El mismo defecto que le señalan a Telmex con sus tarifas abusivas de interconexión.
No, definitivo, para que los mercados y el sistema de precios operen bien tiene que haber un marco legal previo que garantice plenamente los derechos privados de propiedad y la soberanía del consumidor que sólo se da mediante la apertura total de todos los mercados a la competencia.
El gobierno debe limitarse a que se respeten las reglas, los contratos, nada más. Fijar tarifas entre privados (y hoy con el desarrollo tecnológico quedan cada vez más obsoletos los llamados monopolios naturales enseñados en los libritos viejitos de economía), es solución mediocre y no debe ser parte de la tarea del gobierno.
Los legisladores, si quieren garantizar verdadera competencia en los mercados deben cambiar las leyes, modificar los socialistas artículos 25,26, 27 y 28 que le dan poderes omnipresentes al gobierno sobre los gobernados. Desaparecer la figura de la concesión de medios de comunicación (esta figura se vuelve perversa en una dictadura, pues es el tirano el que decide quién entra al mercado y quién sale-no le renuevan concesión ó peor aún se la revocan- si lo critica, como hoy sucede con el tirano venezolano Hugo Chávez) es una primer tarea fundamental.
Si no modernizamos nuestro marco legal de competencia, seguiremos viendo los pleitos y amparos de los oligopolios. Peor aún, si llega al poder un político mesiánico (como pudo haber sido el peje), tiene toda la infraestructura jurídica para pasar del actual modelo oligopólico de los distintos sectores de la economía mexicana, a uno de monopolio estatal, esquema ineficiente y peor al del oligopolio privado (qué horror, los mexicanos no debemos ver nuevamente ésta película que ya sabemos en el desastre en que termina).
Más competencia y menos injerencia gubernamental es la salida a los pleitos de los oligopolios. No lo olviden señores políticos.
Romper inercias
Romper inercias
Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, Ezra Shabot Askenazi estudió en la Universidad Nacional Autónoma d...
México es un país que se mueve inercialmente desde hace muchos años. La falta de un acuerdo político que establezca las bases generales de un proyecto común de desarrollo económico ha llevado a los distintos gobiernos y grupos de poder económico a buscar sobrevivir y aprovechar los errores de los competidores para obtener mejores posiciones en un país que se mueve lentamente. El sistema de privilegios heredado del régimen de la Revolución Mexicana, sigue siendo un obstáculo real para el avance del país. Desde el duopolio televisivo y la limitada competencia en televisión restringida, pasando por el cerrado mercado telefónico y de internet, hasta llegar a los sindicatos de Estado que siguen viviendo a expensas del erario público, todos y cada uno de estos grupos de poder quieren mantener sus privilegios proteccionistas, pero al mismo tiempo entrar en el mercado del otro privilegiado.
De esta manera, Televisa intenta encontrar la fórmula para ampliar su mercado en la telefonía y sus diferentes variables, impidiendo en forma simultánea la entrada de Telmex en el espacio televisivo. Lo mismo hace Telmex en su intento por mantener tarifas de interconexión acordes a su interés empresarial, pero demandando su derecho a participar en una eventual tercera cadena de televisión abierta. Esto se reproduce una y otra vez en distintos espacios y con diferentes grupos de poder. Ni la Comisión Federal de Telecomunicaciones, ni la de Competencia Económica, han tenido la fuerza legal y política para actuar como instancia de un Estado que vela por el interés general, y negocia un acuerdo con los particulares.
Es esta situación muy parecida a la que se vive en el Congreso, en donde el principio de negociación, que implica el ceder algo a cambio de obtener determinado beneficio, no opera por la falta de madurez de una clase política miope interesada únicamente en el ejercicio del poder temporal, y celosa de sus fichas para las elecciones siguientes. Este nivel de parálisis ha provocado ya la pérdida significativa de competitividad del país a nivel internacional. La inercia positiva que resuelve problemas de coyuntura, porque hasta ahora la oposición priísta y perredista se ha comportando responsablemente cuando se trata de eventos urgentes o sin costo político alguno, no es suficiente para impulsar un modelo abierto y de alta competencia que transformaría de tajo la estructura económica del país.
Lo mismo sucede en la relación con los sindicatos de Estado, principalmente en el terreno de la educación y en Pemex. En ambos casos se trata de una estructura arcaica y corporativa que no permite modificaciones de fondo que cambiarían la forma de enfrentar su realidad particular. En el ámbito de la educación hablamos de cientos de miles de maestros que no enseñan, porque no lo saben hacer, o porque su “plaza definitiva” los coloca en la comodidad de no tener que responder frente a los pobres resultados ofrecidos. Con respecto a Pemex el asunto se refiere tanto a la opacidad en el manejo de los recursos por parte del sindicato, como al hecho de que a nivel internacional, empresas petroleras obtienen iguales o mejores resultados, con menos trabajadores cuyos sueldos son mayores a los que se pagan en México precisamente por su alto nivel de eficiencia.
Romper las inercias monopólicas para hacer crecer al país y sacar a millones de mexicanos de la pobreza es un problema de voluntad política y de correr los riesgos inherentes al pago de altos costos derivados de la negativa de estos actores a perder sus privilegios heredados del pasado. Mantener la inercia nos llevará necesariamente a ahondar el atraso en que vivimos, agudizando los problemas sociales y enfrentando crisis cada vez más difíciles y costosas de resolver. Si este gobierno no quiere o no puede ser el árbitro que dicte las nuevas reglas de convivencia económica, entonces habrá que esperar que en el 2012 la nueva administración tome este tema como prioridad nacional.
Ya suenan los aspirantes para relevar al titular de la PGR
Ya suenan los aspirantes para relevar al titular de la PGR
Bajo reserva es elaborada con aportaciones de periodistas y colaboradores de EL UNIVERSAL previamente verificadas....
EN LA PGR se avecina el momento para el relevo de Arturo Chávez Chávez, el hombre que nunca quiso ser procurador. Entre los aspirantes destaca Marisela Morales, primera mujer titular de la Siedo, esto es, se halla al frente del combate al crimen organizado en el país. Su compromiso y valor es reconocido fuera y dentro de México. También es mencionado Juan Miguel Alcántara, actualmente al frente del Sistema Nacional de Seguridad; un abogado panista que por eso mismo podría ser objetado en el Senado, el cual debe ratificar eventualmente la designación.
EL PLEITO entre televisoras y el Grupo Carso, del ingeniero Carlos Slim, estallado en una coyuntura política delicada, exhibe ya tal encono que —especialmente desde los señores de la pantalla— parecen surgir señales hacia otros actores en el sentido de que “estás conmigo o contra mí”, lo que podría atraer nuevos costos para las partes. Lo que nadie sabe es dónde está la autoridad que debe poner orden en este campo, lo mismo el frívolo Mony de Swaan, presidente de Cofetel, que el nuevo secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, al que se reporta encerrado a piedra y lodo.
LA CRISIS en la no-relación entre el gobierno del presidente Felipe Calderón y el embajador estadounidense Carlos Pascual deja sólo dos caminos, a decir del medio diplomático: o México tiende la mano al hombre de Washington, con la idea de que pueda acabar siendo un aliado de la agenda binacional, o se sienta a esperar que más temprano que tarde la Casa Blanca acepte que ningún hombre es más importante que sus intereses en el extranjero, y lleve a Carlos Pascual de regreso.
EN EL EDOMEX la teoría del “todos quietos” que tan bien le ha resultado al gobernador Enrique Peña Nieto, impide todavía que alguno de los cinco señalados como aspirantes a sucederlo en su partido se manifieste, contra lo que aquí dijimos en el sentido de que el alcalde de Huixquilucan, Alfredo del Mazo, estaba listo para separarse del cargo. Ahora la señal parece ser que todos esperen el límite previsto en la Constitución estatal, que marca la fecha del 4 de abril para que dejen sus puestos públicos todos aquellos con aspiraciones a ser designados candidatos. Al parecer la regla del juego será que esta disposición no sólo implique a Del Mazo y a Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec, sino también a los legisladores Luis Videgaray y Ernesto Némer.
EN PUEBLA el nuevo gobernador, Rafael Moreno Valle, ha empezado a sortear bien las bombas de profundidad que le dejó su antecesor, el priísta Mario Marín. El mandatario aliancista avanza tanto en materia política y administrativa como de buena imagen personal. Deberá empezar pronto a corregir algunos privilegios, como el de ese empresario ligado con el aeropuerto estatal, el mismo que tiene otro negocio en una sede estatal asignada en “comodato”.
Parches y talachas
Parches y talachas
Periodista y licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Inició sus activi...
Más de Jacobo ZabludovskySe reparan toda clase de relaciones. Al menos se hace la lucha. Para eso se reunieron el jueves en Washington los presidentes de México y Estados Unidos, en un esfuerzo por recomponer los lazos entre los dos países, raspados por una serie de acontecimientos delicados que, coincidentes, se convirtieron en problema grave.
Destaca el asesinato de Jaime Zapata, agente de Inmigración de EU, primer muerto en el cumplimiento de su deber en México en los últimos 25 años. Después, funcionarios de Washington, balconeados por WikiLeaks, comentaron que mafias de narcos pueden estar ligadas con terroristas islámicos y que los traficantes podrían poner en peligro la estabilidad de México, opiniones que indignaron al presidente Felipe Calderón.
Más indignado se mostró en la entrevista con Roberto Rock en EL UNIVERSAL, al acusar al gobierno de Barack Obama de colaboración notoriamente insuficiente en la guerra contra los criminales y de no disminuir el consumo de drogas en Estados Unidos ni el tráfico de armas hacia México, creciente cada día.
Nunca en la historia (en épocas de paz) un presidente mexicano había culpado a un embajador de Estados Unidos de ignorancia y distorsión de la realidad, atribuidas a Carlos Pascual por sus informes a la Casa Blanca. El señor Pascual fue borrado del mapa de Los Pinos, se le aplicó el hielo y se le acusó de echarle mucha crema a sus tacos, ofensa que en otros tiempos justificaría una invasión. Si fuera mucha miel a sus hot cakes, sería menor injuria. No me ayudes, compadre, le dijo don Felipe al embajador. En ese panorama prebélico se dio la reunión del jueves.
Caemos en el lenguaje coloquial, al que es tan dado el presidente mexicano, para definir la reunión del jueves: se le puso un guarache a la llanta esperando que pueda rodar algún tiempo más con menos brincos. El balance favorece la imagen del señor Calderón, aunque no se hayan resuelto asuntos de fondo. Si hablamos a lo macho, lo único concreto fue el anuncio de que alcanzaron un acuerdo sobre el conflicto que lleva ¡20 años!, qué tanto es tantito, a partir del Tratado de Libre Comercio, que impide a los camiones mexicanos transportar carga en Estados Unidos. Dijo Obama: “Estoy especialmente complacido de haber encontrado una vía para resolver ese problema”. Habrá que esperar a la lectura de la letra chiquita, recordando que la mula no era terca. Fuera de eso, todavía en veremos, lo demás fueron declaraciones, o sea, que de lengua me como un taco.
El señor Calderón le advirtió al señor Obama que será difícil para él confiar en el embajador de Estados Unidos en el futuro. Obama hizo como que la Virgen le hablaba y no le dijo: “Felipe, ese es tu problema”, pero sí: “Pascual es nuestro embajador”. Punto. Ya ni llorar es bueno.
En cuanto a la posibilidad de que los agentes de Estados Unidos puedan portar armas, el presidente Calderón debería empezar por explicarnos quién les dio permiso para ejercer en México y cuántos agentes mexicanos operan en Estados Unidos, porque lo que es parejo no es chipotudo y dando y dando pájaros volando. Le dio pena decirle no a Obama, pues iba de invitado y así somos de correctos los paisanos, pero le recordó: “La ley no permite a agentes de Estados Unidos, o de cualquier otro país… portar armas”. Como una cortesía al de la casa, agregó: “Y, desde luego, estamos analizando alternativas a este tema y dialogando con el Congreso mexicano, que es a final de cuentas quien tiene la última palabra”. O sea: “Nos hablamos para comer y que nuestras secretarias nos agenden”.
Antes de la junta Calderón visitó el Washington Post y ahí le fue tan bien que Fred Hiatt, editor de la página editorial, calificó de excelente su inglés, y subrayó una crítica de Calderón a Obama al reprobar la legalización parcial de la mariguana en Estados Unidos: “…no sólo abrieron la puerta, sino que destruyeron la percepción de los peligros que representa la droga… lo que no se puede es tener esta política incoherente, porque causa un terrible daño… Para mí es muy difícil perseguir a un pobre campesino mexicano que cultiva mariguana, cuando al norte de la frontera se cosecha legalmente en cantidades industriales… cómo puedo consolar a las viudas (de dos mil agentes y policías) si al mismo tiempo en las universidades de Estados Unidos los estudiantes pueden fumar la hierba sin problemas”. Bien dicho. Pero a unos les entra por un oído y les sale por el otro, aunque sepan que el que no oye consejo no llega a viejo.
La reunión era oportuna por tanto chisme, don Felipe la necesitaba y le sacó partido, aunque fue más el ruido que las nueces. De todos modos, hablando se entiende la gente.
Asesinan a siete policías ministeriales en Guasave
Saltillo vive una jornada de tensión por enfrentamientos entre sicarios y militares
Ayer por la tarde siete policías ministeriales fueron asesinados al ser agredidos con armas de fuego cuando transitaban de norte a sur sobre la carretera México 15 a la altura de la comunidad de Guayparime, municipio de Guasave, Sinaloa.
Seis de los siete ahora occisos fueron identificados como Carlos Humberto Villegas, José de Jesús Rufino Parra, Félix Ramírez Osuna, Martín Juvenal Vásquez, Óscar de Jesús García y Ernesto Félix Rubio. También murió el civil Julio César Sánchez, sobre el cual unas fuentes dijeron que iba detenido y otras que figuraba entre los agresores.
Los policías respondieron al fuego, pero fueron superados en número y armamento por los sicarios, que les dispararon cientos de balas. Tras la escaramuza hubo una persecución que se extendió hasta la zona urbana de Guasave y después un despliegue militar-policial, pero no se halló ninguna pista de los atacantes.
En la misma entidad se reportaron las muertes de tres personas más, dos de ellas presuntos gatilleros ultimados por militares durante un enfrentamiento cerca de Bateve, municipio de El Fuerte; mientras en Mazatlán desconocidos ametrallaron el restaurante El Habaleño, en el poblado de El Habal, sobre la misma carretera México 15.
Ayer también se reportaron al menos 25 ejecuciones más en otras entidades, de las cuales diez correspondieron a Chi-huahua y de ellas ocho a Ciudad Juárez, que incluyen las de cinco personas ocurridas en un terreno baldío de la colonia Barrio Alto.
La fiscalía general del estado informó que los cinco cadáveres aparecieron ayer a las 7 horas locales, y vecinos relataron que un grupo armado llegó en dos vehículos e hizo descender a los ahora occisos –entre ellos una joven de unos 20 años– para ejecutarlos de varios disparos.
Además, tres jóvenes fueron tiroteados aproximadamente a las 2 horas locales en el bar El Muro de la Plaza Nicole, ubicada en la calle Teófilo Borunda y Paseo de la Victoria, dentro de la llamada zona dorada de Ciudad Juárez y junto al consulado de Estados Unidos. Entre la víctimas dos murieron ahí mismo y una más –que se contó entre cinco heridos– expiró al recibir atención médica.
Cinco personas, tres de ellas identificadas como Alejandra Hernández, Mayté Herrera Santiago y Sanzón Castillo Galindo, fueron ejecutadas la noche del sábado en la colonia El Porvenir del municipio de Pinotepa Nacional, región de la Costa de Oaxaca, dentro de un domicilio donde también había una dotación de cocaína.
Al menos siete de los asesinatos fueron cometidos en Guerrero, cuatro de ellos en Acapulco. Otro tuvo lugar en Lázaro Cárdenas, Michoacán, y uno más en Montemorelos, Nuevo León. En Santiago Ixcuintla, Nayarit, apareció el cadáver baleado de un sujeto, y en Tepic un tiroteo de bandas rivales ocurrido ayer por la tarde se extendió varias calles e incluyó la detonación de granadas que dejaron al menos seis civiles lesionados.
En Coahuila, un enfrentamiento entre militares y gatilleros hizo que Saltillo viviera nuevos momentos de zozobra tras los incidentes del viernes, que se saldaron con un civil, un policía y cinco presuntos delincuentes muertos.
Fuentes policiacas hablaron de un militar abatido y otros heridos junto a varios atacantes, pero no hubo confirmación oficial. La ciudad quedó desierta de un instante a otro cerca del mediodía, luego de que un convoy del Ejército irrumpió a la ruta recreativa dominical para luego tirotearse con los pistoleros en el parque La Cañada, donde se realizaban carreras de caballos.
A través de la red social Twitter las autoridades locales instaron a la gente a resguardase en sus domicilios, mientras ocurrían otras balaceras en la carretera antigua a Monclova, y las calzadas Antonio Narro, Antonio Cárdenas y el Periférico, así como la esquina de Urdiñola y Luis Echeverría eran bloqueadas con autobuses de pasajeros.
También las entradas y salidas de Nuevo Padilla, Tamaulipas, fueron bloqueadas por desconocidos con vehículos pesados hasta casi la medianoche del sábado, y como resultado hubo desesperación y filas vehiculares de varios kilómetros en la carretera Victoria-Matamoros.
Moral a la carta
Otto Granados
¿Qué tienen en común el músico Ramón Ayala y su grupo Los Bravos del Norte, la cantante canadiense Nelly Furtado o el famosísimo profesor de Harvard Joseph Nye Jr.? Casi nada, excepto que todos parecen tener una noción bastante extravagante de los límites morales. Veamos.
Hace algún tiempo el señor Ayala fue detenido por la policía mexicana mientras amenizaba la fiesta de unos narcos; días más tarde fue liberado, al parecer porque no se encontraron elementos para fincarle una responsabilidad penal. Su caso, desde luego, no es único porque la colindancia personal de los delincuentes con artistas, curas o autoridades es frecuente y casi nunca desemboca en un juicio.
Pero el problema que esa colindancia ejemplifica no es tan sólo de carácter legal, sino que su aspecto más importante suele ser de naturaleza moral y es aquí donde empiezan los problemas realmente corrosivos.
Esta semana, por ejemplo, la prensa canadiense se encargó de triturar a la señora Furtado porque al saberse que había actuado en 2007 para la familia Khadafi —igual que lo hicieron Mariah Carey, Beyoncé, Usher, Lionel Ritichie y Jay-Z en diversas ocasiones— anunció que donaría el pago recibido, de un millón de dólares, aunque no dio los detalles. Los demás no han dicho pío… todavía.
Mucho más grave aún, por el ascendiente intelectual que se supone tienen, ha sido saber que gracias a que Khadafi contrató, por 3 millones de dólares anuales, a Monitor Group, una de las grandes firmas globales de consultoría, para pulir su imagen, la compañía se encargó de organizar acercamientos sofisticados entre el dictador y académicos prominentes.
Arregló una visita a Libia de Joseph Nye, un destacado profesor de Harvard, que luego publicó un artículo digamos amable sobre lo que dice haber visto.
Benjamin Barber, de la universidad de Rutgers e influyente autor sobre cuestiones democráticas, no sólo participó en una fundación de uno de los hijos del dictador, sino que además escribió que Libia “podría ser el primer Estado árabe en transitar pacíficamente y sin intervención occidental, en un gobierno estable y no autocrático”.
Y el profesor Anthony Giddens, el popular autor de la fallida “tercera vía” y ex director de la London School of Economics, hizo dos giras pagadas a Libia, de donde concluyó: “si bien es un Estado de partido único, Libia no es especialmente represivo”.
La pregunta más obvia es intentar desentrañar exactamente en qué mundo estamos, pero si somos menos pretenciosos hay en todo este episodio el olorcillo de una profunda descomposición de las fronteras morales con las que muchos actores públicos —y los artistas, académicos, intelectuales o periodistas lo son— se conducen en sus relaciones con el poder en sus distintas variantes.
Guardadas las circunstancias, ésta es una de esas historias, la de los vínculos obscuros entre personajes aparentemente respetables como los intelectuales o los académicos con los políticos, empresarios y delincuentes poderosos, que aún está por documentarse y escribirse en México.
Romper inercia
Romper inercia
México es un país que se mueve inercialmente desde hace muchos años. La falta de un acuerdo político que establezca las bases generales de un proyecto común de desarrollo económico ha llevado a los distintos gobiernos y grupos de poder económico a buscar sobrevivir y aprovechar los errores de los competidores para obtener mejores posiciones en un país que se mueve lentamente.
El sistema de privilegios heredado del régimen de la Revolución Mexicana, sigue siendo un obstáculo real para el avance del país. Desde el duopolio televisivo y la limitada competencia en televisión restringida, pasando por el cerrado mercado telefónico y de internet, hasta llegar a los sindicatos de Estado que siguen viviendo a expensas del erario público, todos y cada uno de estos grupos de poder quieren mantener sus privilegios proteccionistas, pero al mismo tiempo entrar en el mercado del otro privilegiado.
De esta manera, Televisa intenta encontrar la fórmula para ampliar su mercado en la telefonía y sus diferentes variables, impidiendo en forma simultánea la entrada de Telmex en el espacio televisivo. Lo mismo hace Telmex en su intento por mantener tarifas de interconexión acordes a su interés empresarial, pero demandando su derecho a participar en una eventual tercera cadena de televisión abierta.
Esto se reproduce una y otra vez en distintos espacios y con diferentes grupos de poder. Ni la Comisión Federal de Telecomunicaciones, ni la de Competencia Económica, han tenido la fuerza legal y política para actuar como instancia de un Estado que vela por el interés general, y negocia un acuerdo con los particulares.
Es esta situación muy parecida a la que se vive en el Congreso, en donde el principio de negociación, que implica el ceder algo a cambio de obtener determinado beneficio, no opera por la falta de madurez de una clase política miope interesada únicamente en el ejercicio del poder temporal, y celosa de sus fichas para las elecciones siguientes.
Este nivel de parálisis ha provocado ya la pérdida significativa de competitividad del país a nivel internacional.
La inercia positiva que resuelve problemas de coyuntura, porque hasta ahora la oposición priísta y perredista se ha comportando responsablemente cuando se trata de eventos urgentes o sin costo político alguno, no es suficiente para impulsar un modelo abierto y de alta competencia que transformaría de tajo la estructura económica del país.
Lo mismo sucede en la relación con los sindicatos de Estado, principalmente en el terreno de la educación y en Pemex. En ambos casos se trata de una estructura arcaica y corporativa que no permite modificaciones de fondo que cambiarían la forma de enfrentar su realidad particular.
En el ámbito de la educación hablamos de cientos de miles de maestros que no enseñan, porque no lo saben hacer, o porque su “plaza definitiva” los coloca en la comodidad de no tener que responder frente a los pobres resultados ofrecidos.
Con respecto a Pemex el asunto se refiere tanto a la opacidad en el manejo de los recursos por parte del sindicato, como al hecho de que a nivel internacional, empresas petroleras obtienen iguales o mejores resultados, con menos trabajadores cuyos sueldos son mayores a los que se pagan en México precisamente por su alto nivel de eficiencia.
Romper las inercias monopólicas para hacer crecer al país y sacar a millones de mexicanos de la pobreza es un problema de voluntad política y de correr los riesgos inherentes al pago de altos costos derivados de la negativa de estos actores a perder sus privilegios heredados del pasado.
Mantener la inercia nos llevará necesariamente a ahondar el atraso en que vivimos, agudizando los problemas sociales y enfrentando crisis cada vez más difíciles y costosas de resolver.
Si este gobierno no quiere o no puede ser el árbitro que dicte las nuevas reglas de convivencia económica, entonces habrá que esperar que en el 2012 la nueva administración tome este tema como prioridad nacional.
Manifiesto filoneísta
Agustín Basave
México está mal. Siempre lo ha estado: antes de la ola de violencia e inseguridad que hoy sufrimos, los mexicanos hemos padecido, una tras otra, crisis económicas y políticas y sociales. De hecho, nuestra historia es una sucesión de crisis.
Hemos tenido algunos buenos momentos, pero siempre hemos estado a la zaga de los países avanzados, imitándolos como si fueran espejo y no ventana. Nuestra nación ha estado marcada, desde sus orígenes, por la corrupción y la desigualdad, y con ellas a cuestas nos hemos quedado atrapados en el subdesarrollo.
El origen de ese rezago ancestral es una identidad fracturada, que nos viene de la Conquista. El choque de civilizaciones generó un complejo de impertinencia: desterró a los indios, descastó a los mestizos y desarraigó a los criollos de modo tal que fueron muy pocos los que asumieron que este país les pertenecía y menos aún quienes sintieron que pertenecían a este país.
Esa sensación inconsciente se mantiene viva porque prevalece entre nosotros una correlación entre raza y clase que nos parte en dos:
Un México minoritario, preponderantemente blanco, con recursos para acceder a los beneficios de la globalización, y un México mayoritario, predominantemente moreno, hundido en el atraso y la marginación.
Paradójicamente, lo único que los une es esa fractura identitaria que provoca actitudes esquizofrénicas y disfuncionales.
La culpa de tener un país rico con tantos pobres es nuestra. Aceptemos la realidad aunque nos duela:
Somos los mexicanos los que hemos corrompido a México y nos hemos corrompido a nosotros mismos con un comportamiento contradictorio e irresponsable.
Desde la Colonia adquirimos la manía de poner la ley muy lejos de la realidad y violarla se volvió una inercia cultural. “Acátese pero no se cumpla”, decían las autoridades novohispanas frente a las disposiciones que llegaban de la Corona.
Inventamos códigos de reglas no escritas, ésos sí funcionales, y dejamos la norma explícita como espada de Damocles sobre aquellos que desafíen la norma implícita. Creamos las condiciones para que sea más barato, más rápido, más práctico y conveniente evadir la ley que obedecerla.
Mientras no modifiquemos esos incentivos perversos, la honestidad sólo podrá florecer reemplazando a los ciudadanos con apóstoles. El diseño legal e institucional en este país hace racional que el mexicano se corrompa. Y no nos hemos dado cuenta de que la suma de racionalidades individuales da como resultado una irracionalidad social.
La solución debe ir a la raíz del problema: nuestro sistema jurídico y nuestra educación cívica. Nuestros males son sumamente graves y ya no debemos conformarnos con parches o cambios menores ni escandalizarnos ante transformaciones radicales.
A quienes piensan que no hay que cambiar la ley sino aplicarla vale recordarles que nuestras normas no están hechas para aplicarse y por eso nos hemos acostumbrado a que no se apliquen. Nosotros somos el problema y la solución.
Por eso este manifiesto llama a organizar un movimiento ciudadano en las redes sociales, en la inteligencia de que los partidos ignoran los reclamos de la sociedad cuando no pagan un costo por ello y de que si este movimiento crece encontrará sus cauces políticos para lograr dos grandes objetivos:
1) Un nuevo acuerdo en lo fundamental:
Elaborar una Constitución realista, concisa, de largo aliento, la primera en nuestra historia que no sea producto de un triunfo militar sino de un pacto nacional, una que no constituya un anhelo a futuro sino la guía cotidiana de nuestro comportamiento presente y que descargue su lastre programático y coyuntural en leyes constitucionales; revisar sistémicamente leyes secundarias y reglamentos para simplificarlas y desburocratizarlos y minimizar así el margen de corruptelas.
2) La refundación de nuestra educación formal e informal: entre otras cosas, digerir nuestra historia, cifrar nuestra identidad, trocar valemadrismo en perfeccionismo, vincular ética con éxito y desterrar de nuestra mente la premisa de que “el que no transa no avanza” y que “el gandaya no batalla”.
Hay muchas cosas más por hacer para fortalecer nuestro Estado de derecho, combatir el crimen organizado, impulsar nuestra economía y forjar una sociedad más justa, pero si no empezamos por abatir la corrupción todo lo demás será inútil.
El renacimiento de nuestra nación empezará cuando se premie la honestidad y la legalidad, se castigue la transa y el gandayismo y se erradique la impunidad.
Nuestra nueva Constitución podría, además, dotarnos de candidaturas independientes, reelección legislativa inmediata, plebiscito, referéndum e iniciativa ciudadana para poner a los partidos al servicio de la sociedad, y ofrecernos un régimen parlamentario ad hoc que garantice la gobernabilidad y la aprobación de las reformas estructurales.
Si pensamos en grande y lanzamos una cruzada por el filoneísmo, es decir, por la creatividad y la originalidad necesarias para idear un nuevo proyecto de nación y una misión civilizatoria, los mexicanos engrandeceremos a México y lo convertiremos al fin en nuestra casa común, con un piso de bienestar que detenga la caída de los débiles, un techo de legalidad que impida la fuga de los poderosos y cuatro paredes de cohesión social que nos permitan a todos convivir con bienestar y dignidad.
De las finanzas a Los Pinos
Por Gabriel Zaid
El primer secretario de Hacienda que soñó ser presidente (contra la tradición de que lo fuera el de Gobernación) provocó un desastre. Desde Gobernación, Luis Echeverría vio con malos ojos el "desarrollo estabilizador" con el que se adornaba Antonio Ortiz Mena, y le creó al presidente Díaz Ordaz un problema tal (la matanza de Tlatelolco) que sólo el secretario de Gobernación podía quedar como sucesor. De remate, llegando a la presidencia, se lanzó a destruir la estabilidad y el "desarrollismo".
Nombró secretario de Hacienda a José López Portillo, que soñó ser presidente, pero declaró que (dadas las oportunidades políticas del que tiene las llaves del gasto público) ningún secretario de Hacienda debería llegar a la presidencia. Cuando llegó, aceleró el desarrollo desestabilizador. Decretó una cuadruplicación de las tasas de interés para las pequeñas cuentas de ahorros (que desaparecieron), un aumento de hasta 30% a los salarios (que se esfumó con la inflación que produjo) y un aumento a los precios internacionales del petróleo (que nadie compró). Quijotescamente, desafió a los molinos de viento: "Defenderé el peso como un perro" (y finalmente devaluó). Para terminar, hizo una pataleta digna de Nerón: la expropiación bancaria.
Dejó la Secretaría de Hacienda partida en dos, y de la mitad con mayores oportunidades de abuso político (la nueva Secretaría de Programación y Presupuesto) salieron los presidentes "programadores", tan ruinosos como los "populistas". Tratando de recuperar la estabilidad y el desarrollo, Miguel de la Madrid provocó la mayor inflación de la historia de México, acompañada de crecimiento nulo. Después, Carlos Salinas de Gortari reprivatizó la banca tan desastrosamente que el país sigue pagando los daños (20% del PIB). Y, en un nuevo episodio quijotesco de "defensa del peso como un perro", garantizó en dólares (que no tenía) los famosos tesobonos, para inspirar confianza en que no habría devaluación. Cuando la hubo, la deuda pública se multiplicó. Como si fuera poco, rompió la estabilidad política del sistema y provocó el regreso a los tiempos del asesinato político y los capos que andan sueltos.
Hoy, nuevamente, se atribuye al secretario de Hacienda el sueño de la presidencia. Para lamentarlo, ni siquiera hace falta recordar que esos sueños han terminado en pesadillas. Basta con señalar que el problema número uno del país hoy son los capos sueltos; que Hacienda tiene responsabilidades en eso, y que el secretario Ernesto Cordero no las toma en serio, como puede verse en su sala de prensa (www.shcp.gob.mx), donde la seguridad figura poco.
Peor aún: boletines como "No parece haber evidencia de que la inseguridad esté afectando la actividad económica de México" (17 de octubre de 2010) están redactados como si Hacienda no tuviera que ver con la inseguridad, fuera de padecer las consecuencias y financiar a los encargados del combate a los capos. Como si Hacienda no tuviera un papel decisivo en ese combate. Son, finalmente, una declaración de incompetencia: la seguridad no me compete.
Las aduanas (responsabilidad de Hacienda) y el lavado de dinero (responsabilidad de Hacienda) son de primera prioridad para los capos, no para el secretario. En el caso de las aduanas, sería mejor que pasaran a otra secretaría que las administre mejor. No todo lo que causa impuestos está administrativamente a cargo de Hacienda. La gasolina causa impuestos, pero Hacienda no está a cargo de las gasolineras. La venta de casas causa impuestos, pero Hacienda no está a cargo de las notarías.
Llama la atención que el "Acuerdo bilateral para fortalecer la seguridad y el comercio" entre México y los Estados Unidos (15 de junio de 2009) se firmó entre Agustín Carstens, entonces secretario de Hacienda, y Janet Napolitano, que es la secretaria de Seguridad Nacional, no de Hacienda, en los Estados Unidos. Es decir: entre una funcionaria dedicada a tiempo completo a la seguridad y un funcionario mexicano que tiene cosas más importantes que hacer.
El Fondo Monetario Internacional revisó los escasos resultados de México contra el lavado de dinero (Mexico; Detailed assessment report on anti-money laundering and combating the financing of terrorism, 11 de septiembre de 2008). En diez años se obtuvieron únicamente 25 sentencias contra los delincuentes. Peor aún: de las averiguaciones iniciadas en 2004-2007, sólo 149 llegaron a tribunales; de las cuales sólo dos se originaron por investigaciones de Hacienda.
Hacienda preparó una iniciativa de ley contra el lavado de dinero que el presidente Calderón envió a las cámaras en agosto de 2010. Dos meses después, el senador Santiago Creel preparó otra. Esto fue visto como rivalidad entre presidenciables. Pero lo peor no es eso, sino que, en una tradición lamentable, proponer cambios a la ley es una forma de lavarse las manos. Es como decir: no puedo hacer nada con la ley como está.
Las leyes y reformas están mal, y lo seguirán estando; pero obligan. No cabe sujetar el cumplimiento a que vengan leyes mejores, o tiempos mejores, o un puesto mejor.
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