Wikileaks: CK criticó a Chávez por “hablar sin pensar antes”
Buenos Aires, 13 mar (dpa) – La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, criticó a puertas cerradas a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, entre otras cosas por “hablar sin pensar antes”, según revelaciones de la web Wikileaks publicadas hoy por el diario argentino “La Nación”.
“A menudo habla sin pensar antes”, dijo Kirchner sobre Chávez al embajador estadounidense Earl Anthony Wayne en su oficina de la Casa Rosada el 27 de mayo de 2009, en una reunión de despedida antes de la partida del diplomático norteamericano a Afganistán.
“Todos debemos ser más cuidadosos con lo que decimos en público”, agregó Kirchner. Según el despacho de Wayne, la presidenta defendió en la charla a Chávez pero con “marcados matices”, como lo definió el rotativo.
“No entiendo la mentalidad de Chávez”, le comentó Wayne a Kirchner cuando hablaban de la oposición del venezolano a la política para Cercano Oriente del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“Es caribeño (y) lleno de sorpresas”, le respondió ella. Según “La Nación”, la presidenta había hecho 13 meses antes un comentario similar sobre la “mentalidad caribeña” del líder venezolano.
En contrapartida, la mandataria se mostró “fascinada” por Obama, según el cable. Ella “siempre” quiso tener “buenas relaciones” con la Casa Blanca, cita el periódico porteño el contenido de los despachos. Kirchner se mostró asimismo “muy, muy complacida” por la política hacia Cercano Oriente de Obama.
La elite de la Marina
Los G.I. Joe mexicanos: La elite de la Marina
Se entrenan 14 horas al día, renuncian a la vida social, ven a su familia cada cuatro meses. Ellos forman el grupo más selecto de la Armada de México
Aurora VegaSu adiestramiento no es fácil y su vida tampoco, pues luchan permanentemente con la muerte. Los miembros de este grupo —que es lo más selecto de la élite naval— son hombres sin rostro, porque de lo contrario sus familias estarían en peligro.
Esta clase de marinos se capacita alrededor de 14 horas al día. Carecen de vida social y, apenas, cada tres o cuatro meses visitan a familiares. Permanentemente se encuentran concentrados en solo un objetivo: detener a quienes dañan a los ciudadanos.
Integrados en comandos, ese grupo de élite siempre opera en secreto. Ellos han sido los encargados de participar en el operativo, el 16 de diciembre de 2009, donde cayó muerto Arturo Beltrán Leyva El Barbas, extinto líder máximo de la organización criminal de los hermanos Beltrán Leyva.
También fueron los responsables de las acciones de la justicia del 5 de noviembre del año pasado donde fue abatido Ezequiel Cárdenas Guillén Tony Tormenta, entonces dirigente del cártel del Golfo.
Asimismo este grupo especial de marinos detuvo, el 12 de septiembre del año pasado, a Sergio Villarreal Barragán El Grande, jefe de sicarios y criminal de alta peligrosidad que trabajaba para los Beltrán Leyva cuando vivía El Barbas.
Según cifras de la Semar, durante 2010, 15 elementos del grupo de Fuerzas Especiales fallecieron en combate con la delincuencia organizada; sin embargo, las pérdidas de elementos de élite no ha inhibido a quienes desean participar en este grupo selecto, al contrario, los solicitantes ahora también son mujeres que desean participar en ese tipo de operaciones de gran responsabilidad.
Son todoterreno
Los elementos de infantería del Grupo de Alto Impacto son capaces de cumplir operaciones en agua, tierra y aire. Están adiestrados para rescatar a secuestrados, para perseguir y detener en situaciones difíciles, para hacer frente a comandos del crimen organizado o, incluso, realizar operaciones de vigilancia e inteligencia para ubicar a un objetivo.
En estos momentos operan en el norte del país, en zonas del centro, en el Altiplano y en el Golfo de México.
Su entrenamiento se lleva a cabo en el mar, en zonas boscosas y selváticas, en el desierto y en zonas urbanas y semiurbanas para responder a cualquier evento, y los especializan en el manejo de armas, comunicaciones y explosivos.
Entrevistados por Excélsior, tres elementos de este grupo especial aseguraron estar orgullosos de servir al país. Reconocen que su vida es difícil, y aunque saben que en el desempeño de su trabajo la muerte es una constante sombra, afirman que ver morir a un compañero, a un civil o a un delincuente provoca una herida mental y de conciencia difícil de sobrellevar.
Esas unidades de Fuerzas Especiales que operan en el territorio mexicano tienen la capacidad para realizar “guerra no convencional” por aire, mar y tierra. Utilizan todos los medios de infiltración disponibles para desarrollar acciones de recuperación de instalaciones terrestres o áreas que se encuentren en peligro o que estén en poder del enemigo, pues para ello tienen armamento y equipo especial no común en las fuerzas militares convencionales.
“Pedro”, uno de esos elementos que consiguió entrar al Grupo de Alto Impacto dice: “Todos tenemos sentimientos, porque tenemos familia a quien no le podemos decir lo que hacemos. Saben que trabajamos en la Marina, pero ignoran nuestras actividades. No hablamos de ello porque los ponemos en riesgo. Es mejor así, ni para ellos ni para nadie es fácil contar lo que ocurre cuando entramos en operativo.
“Nos adiestran y estamos capacitados, pero cuando entras en acción es como si los minutos se volvieran horas, escuchas los disparos, escuchas las órdenes del jefe, escuchas a los delincuentes decir cosas, tu corazón siempre late muy rápido, y lanzas la advertencia de que se entreguen, algunos lo entienden y sueltan las armas, hay otros que dicen que te van a llevar por delante, y comienza el tiroteo, donde la única salida es la rendición o la muerte.”
La vida cambia tras la muerte
Para los elementos de la Armada la eliminación de personas es el último recurso que se utiliza cuando se realiza un operativo especial. Antes de disparar se les pide a los delincuentes que se entreguen; hay quienes por respuesta lanzan ráfagas de balas.
“Aún así, luego de que nos disparan, tenemos que ver la forma de desarmarlos. Sólo cuando está de por medio la vida de un compañero, de un civil, o la propia, eliminamos el objetivo”, dice “Leobardo”, otro miembro élite.
Y es que para ellos, la vida nunca es la misma. “Me tocó una vez ver caer a los delincuentes, utilizaron hasta granadas. Nos querían acabar. Vi a uno de mis compañeros muerto, y vi que uno de ellos me quería matar para darle salida a su jefe, y murió en el enfrentamiento, pero esa escena se repite y se repite en mi mente. Eso es difícil, porque somos humanos, y nada vuelve a hacer lo mismo”, cuenta “Leobardo”.
Para ser parte del grupo de élite, los elementos tienen un adiestramiento de seis meses. En tanto no sean utilizados para los operativos de alto impacto, siguen su preparación entre diez y 14 horas diarias.
De acuerdo con los entrevistados, los elementos de este tipo de grupos permanecen entre tres y cuatro meses reclutados, para llevar a cabo cualquier tipo de operativo, y después les dan diez días de descanso.
Para “Carmelo”, pertener a este grupo especial es lo mejor que la Marina le puede conceder a un militar. “Estamos preparados para proteger la vida, los derechos de las personas, aun cuando sean delincuentes.
“Nunca estás listo para morir, pero estamos conscientes de que alguien tiene que hacer la tarea, y cuidar a los mexicanos. Esos somos nosotros”, asegura.
Acribillan a siete jóvenes en Chihuahua
Acribillan a siete jóvenes en una fiesta en Chihuahua
Un comando armado a bordo de camionetas se detuvo frente al domicilio y rafagueó el lugar; las víctimas tenían entre 20 y 25 años de edad
Según testigos del ataque, "hombres armados a bordo de dos vehículos llegaron a una casa donde estaban divirtiéndose estas personas y les dispararon a todos los que estaban en la cochera" detalló un vocero de la Procuraduría del estado de Chihuahua.
Las víctimas, todas de sexo masculino, tenían entre 20 y 25 años, añadió la fuente al precisar que en el lugar se encontraron numerosos casquillos de grueso calibre.
La balacera provocó pánico entre vecinos de la zona, sobre todo niños que se encontraban jugando en la calle de la zona habitacional de Chihuahua, donde se registró el ataque.
El estado de Chihuahua, que comparte una amplia frontera con Estados Unidos, es el más afectado por la ola de violencia ligada al narcotráfico que afecta a México y que desde diciembre de 2006 ha dejado más de 34 mil 600 muertos, sobre todo en los distritos del norte del país.
En Chihuahua, según las autoridades, el cartel local de Juárez y el de Sinaloa libran una pugna por las rutas de trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
El paraíso perdido del liberalismo.
Abogado - Profesor Sup. Universitario
El paraíso perdido del liberalismo.
El liberalismo, al menos en nuestro país, ha perdido su 'paraíso': queriendo significar con ésto que ha desaparecido su utopía, su encanto, su riqueza intrínseca de valores que motivan a adherir a esta importantísima línea de pensamiento. Atestigua ello, el hecho que gran cantidad de nuestra población encuentra al término con una connotación negativa, identificándolo con una tendencia política anti-'nacional', anti-'social' y anti-'humana'. Podríamos coincidir que en cierta forma es anti-social, entendiendo que parte de una concepción filosófica que pone el énfasis en el individuo particular antes que en la sociedad como totalidad de la que el individuo participa. También podríamos reconocer que es anti-nacional pero sólo en el sentido que tiene vocación de apertura, internacionalismo y brega por una libertad irrestricta de circulación de bienes y de personas (de personas sí). Pero traicionaríamos los mismos principios del liberalismo si pretendiéramos escindirlo de su carácter humanista. Y ésto es en definitiva lo que creo ha sucedido.
En efecto, en su nacimiento del liberalismo enarboló las banderas de la libertad indivual, de los derechos civiles, de la tolerancia religiosa, de la igualdad de derechos, la abolición de privilegios, elecciones libres, propiedad privada y un largo etcétera. Hoy, el liberalismo es asociado a ciertos factores que incluso llegan a poner en peligro aquellas antiguas banderas. Muchos de quienes hoy se reconocen como liberales han olvidado el corazón duro de la doctrina liberal y lo han sustituído por una ciega prédica de uno de los productos derivados del liberalismo: el libre mercado. Esta obsesión por el libre mercado ha llevado a defender la absurda idea de que es justificable -e incluso digno de admiración- un régimen político totalitario siempre y cuando abrace una economía "de mercado", y con ello resulta normal entablar relaciones comerciales multimillonarias con la despótica y totalitaria República Popular China: un régimen comunista. Claro, las elecciones libres, las libertades individuales, derechos civiles, libertad religiosa, igualdad de derechos y todas esas nimiedades parecen haberse convertido en nimiedades al lado de la única y verdadera libertad: la libertad de mercado. El pretexto utilizado es que el libre mercado irá introduciendo lentamente los valores de la libertad. A más de 20 años de la matanza de Tian' anmen, el régimen comunista de partido único sigue tan sólido y férreo como en aquel entonces, sin libertades civiles, fuerte censura en todos los medios de comunicación, incluso internet y otra serie de violaciones a los derechos básicos. La silla vacía en la ceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz 2010 al disidente Chino Liu Xiabo -confinado en una prisión de su país- es una imagen que ilustra el "avance" de la libertad en el suelo del gigante asiático.
Un verdadero liberal jamás defendería o haría la vista gorda ante la esclavitud, puesto que el núcleo duro del liberalismo predica la libertad de todos los seres humanos. Más a muchos liberales les importa un bledo el outsourcing a países en los cuales la gente trabaja en condiciones de semi-esclavitud o esclavitud plena.
Como si fueran poco éstos ejemplos de verdadera "prostitución" que ha sufrido término liberalismo, usurpado por gente con nula preocupación por la libertad del individuo particular (punto de partida de toda la doctrina) es alarmante la incoherencia de lo que ha sucedido en nuestro propio país. En efecto, la República Argentina ha visto cómo supuestos "liberales" apoyaron dictaduras violentas, despóticas y corruptas que arruinaron la República y Estado de Derecho (y la economía), avalaron la supresión de los derechos civiles y políticos y han mirado para otro lado cuando tenían frente a sus narices aberrantes violaciones a los Derechos Humanos. La historia nos demuestra que la economía de mercado y el capitalismo sólo comenzaron a florecer en sociedades que iban incrementando su libertad religiosa, política y civil, y no a la inversa.
Un verdadero liberal hubiera puesto el grito en el cielo ante las dictaduras de Onganía, Levingston, Lanusse, y que decir de las de Videla, Viola y Galtieri. Aquí muchos de ellos se identificaron con ellos e incluso pertenecieron al funcionariado del gobierno usurpado. Con razón a muchas personas el término "liberalismo" les produce escalofríos... Por otra parte, la evolución y el desarrollo de la doctrina de los Derechos Humanos es una construcción que encuentra sus raíces en el liberalismo (John Locke, declaraciones de Independencia Norteamericana y Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano en Francia), e importa una culminación de la progresiva apertura y avance del reconocimiento de los derechos civiles. Pero en Argentina se ha forzado una interpretación tan arbitraria que olvida los fuertes vínculos entre liberalismo y Derechos Humanos, endilgándosele el mote de marxista o zurdo a quien milite en la defensa de éstos.
Este 'olvido' del liberalismo político por los liberales argentinos (aferrados únicamente al aspecto económico) ha provocado en gran medida la gigante péridida de adhesiones y simpatías que lo apartó de la ciudadanía. Incluso regaló a la izquierda luchas fundamentales y propias del liberalismo como la ampliación de derechos civiles, igualdad de derechos y defensa y lucha por los derechos humanos.
Por otra parte, éste "falso liberalismo" se ensaña con la idea del Estado como algo malo, como una estructura perversa que viola sistemáticamente los derechos y potencialidades de las personas, mientras que ésto sólo es correcto cuando se trata de un estado totalitario y autoritario, y no cuando se trata de repúblicas democráticas como las que -con sus bemoles- nuestros antepasados han sabido conseguir en nuestro país, en la mayor parte de américa y en casi la totalidad de Europa. Es verdad que un sano liberalismo velará por la mayor libertad y menor restricción en relación a la iniciativa privada y al libre desarrollo de la industria e ingenio personales, pero nunca hay que olvidar el norte: ello es así en razón que la propiedad privada de los medios de producción deriva en una estructura pluralista de la economía: el monopolio privado es tan nocivo como el monopolio estatal.
Esta idea del Estado-malo, además de ser una mera distracción de lo fundamental de la doctrina, olvida que, justamente el Estado Moderno surgió como consecuencia del liberalismo. Nacido de manos de la burguesía liberal floreciente en aquellos países donde la semilla de la libertad había comenzado a dar sus frutos, al Estado se le encomendó la misión de brindar las seguridades de tránsito, de comercio, personal, jurídica, y más tardíamente la llamada"seguridad social" necesaria para evitar que las diferencias causadas por la propia dinámica del sistema económico provocaran las condiciones para una revolución por parte de aquellos sectores vulnerables.
Por otro lado esa postura entraña una abstracción la realidad actual. Hoy, el Estado Liberal (democrático, con sistemas de 'checks and balances' y respetuoso de las libertades y derechos) tiene mínimo poder comparado con las grandes corporaciones que cada vez invierten más energías y esfuerzos en garantizar su hegemonía cercenando y destruyendo las mismas condiciones que le dieron origen: la libre competencia y las libertades civiles. Con el pretexto del liberalismo se pretende desmontar el propio mecanismo de autoprotección que el liberalismo ideó, y sin el cual, caeríamos en un corporativismo neo-feudalista. Esta característica ya había sido advertida por Duverger quien la explica de la siguiente manera: "... La independencia del poder económico frente al poder político, en el régimen liberal , no juega siempre en favor de la libertad de los ciudadanos... El poder político depende de la elección y la representación popular; es, pues, democrático. Frente a éste, el poder económico sigue siendo aristocrático ... pues se basa en la herencia, la cooptación, la conquista o el nombramiento por los detentadores del capital..." (Duverger, Maurice "Instituciones Políticas y Derechos Constitucional). Claramente, el Estado Liberal ideado por los intelectuales de la iluminación funciona como garantía y es el único que podrá asegurar la plenitud de las libertades que son pilares fundamentales del sistema.
Por todo ello, hay que recuperar el humanismo perdido del liberalismo y además destruir de una vez por toda la nefasta alianza (altamente contradictoria) entre "liberalismo" y "conservadurismo", tendencias políticas como bien señalara el propio Hayek, nada tienen que ver. "... Lo típico del conservador, según una y otra vez se ha hecho notar, es el temor a la mutación, el miedo a lo nuevo simplemente por ser nuevo; la postura del liberal, por el contrario, es abierta y confiada, atrayéndole todo lo qe sea libre transformación y evolución..." (Hayek, Friedrich A. 'Principios de un orden social liberal").
No soy partidario de permitir a los usurpadores continuar en la ilegítima posesión de lo que no les corresponde. Por ello, creo necesario que recuperar la bandera del liberalismo con todo el brillo y el poder que sus valores tienen. En efecto, en gran parte la sociedad abierta y moderna en la que vivimos es fruto de ese liberalismo humanista, que tenía plena fe en las potencialidades y en las virtudes de cada ser humano en particular. En esa creencia y convicción que cada ser humano es creado igual al otro, y por ende debe tener iguales derechos, aboliéndose todos los privilegios, posiciones abusivas y/o dominantes. Esa confianza en el futuro y en el cambio, esa apertura al continuo mejoramiento y libertad de todo tipo de opinión o idea, han sido fundamentales para el avance de nuestra especie.
Entendido el liberalismo de éste modo, en su carácter originario, claramente humanista y preocupado por las libertades individuales de cada ser humano para llevar adelante su proyecto de vida, y despojado de toda la manipulación ulterior que lo ha colocado peligrosamente cerca de su antítesis.
Tenemos que recuperar al verdadero liberalismo, al menos quienes creemos en él de modo 'integral' y 'humanista' apegado a aquellos principios que lo han dotado de una fuerza transformadora que logró hacer de la libertades civiles y públicas, el pluralismo, la democracia y la igualdad de oportunidades una realidad en muchas partes del globo a la par de terminar con el yugo de las corporaciones feudales y liberar el potencial infinito de la imaginación, la libre iniciativa y la genialidad humana. De nada nos servirá el mercado libre si no tenemos ciudadanos y seres humanos verdaderamente libres.
Los nefastos monopolios gubernamentales
Godofredo Rivera
La semana pasada escribía sobre los monopolios y oligopolios. De cómo estos mantienen privilegios que en mercados competitivos no tendrían. De cómo frenan las innovaciones y mantienen prisioneros a los consumidores en relación a su libertad de elegir.
No obstante, los peores monopolios son los del gobierno; el gobierno les llama “empresas públicas”; patrañas para disfrazar los intereses de unos cuantos. Se trata de grandes corporativos creados, diseñados en la vieja época priísta que siempre se han manejado con criterios políticos, en donde surgen sindicatos todopoderosos y corruptos que inflan la nómina sin ton y son, mediante el compadrazgo y la compra venta de plazas, que provocan con su irresponsabilidad endeudamientos y boquetes financieros que siempre terminan endosándosela a los contribuyentes (como recién lo hicieron los legisladores con una parte de la deuda de PEMEX, o como cada quinquenio sucede con los rescates fiscales del IMSS), que terminan por frenar el cambio tecnológico. Monopolios del gobierno, los peores.
Un ejemplo, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le han dado etiqueta de “empresa de clase mundial”, pero eso es forma no fondo. Tal vez comparada con su par, la desaparecida y corrupta Compañía de Luz, lo era, pero nada que ver con clase mundial. Hace unos años, la CFE estaba por colapsar, pues se estimaba que no podría abastecer la creciente demanda de electricidad de la industria. ¿Cómo le dieron un “respirote” al monopolio? Permitiendo el funcionamiento parcial de un mercado “privado” de electricidad. Se legisló y se permitió a compañías privadas de electricidad entrar a producir, pero a condición de sólo poder vender electricidad a CFE. Vaya solución de mercado, al monopolio (único productor ó proveedor), lo convirtieron en monopsonio (único demandante ó comprador). Para los estatólatras ésta fue una acción privatizadora, ojalá hubiera sido el caso. Lejos de construir un mercado libre, que las empresas privadas de electricidad también compitieran con CFE y vendieran al consumidor final, sólo permitieron a un monopolio gubernamental sobrevivir. Pobres consumidores mexicanos.
Y lo peor, los monopolios crean toda una clase de proveedores privados que algunas veces terminan comportándose mafiosamente, como coludirse en precios cobrados al monopolio (recordar lo que le ocurrió al IMSS con algunos laboratorios proveedores), o la lista exclusiva de contratistas de PEMEX ligadas al PRI. En mercados libres, con arreglos institucionales correctos, se crean candados para evitar colusiones y acciones de corrupción. No es el caso de los monopolios del gobierno mexicano.
Hoy en día PEMEX mantiene, además de una infladísima nómina, a poco más de 11 mil trabajadores-aviadores- que cobran sin trabajar, reconocido por la propia paraestatal. ¿La razón? Gracias al nefasto y corrupto sindicato petrolero priísta no se les puede tocar con el “pétalo de una rosa”. Lo único que puede hacer PEMEX para ahorrar costos, es mandarlos diariamente a casa. Qué aberración. Nuevamente, un monopolio gubernamental nefasto. Ya los estatólatras estarán, seguro, haciendo berrinches con mis palabras, pues consideran que el petróleo es de la nación; no señores, PEMEX es del gobierno en turno, del sindicato corrupto, y jamás del pueblo; si fuera del pueblo nos permitirían a los ciudadanos poseer acciones de dicha empresa, participar en el monopolio directamente y exigir cuentas.
Nadie acusará a Marcelo Ebrard de ser “neoliberal” (tal vez sólo los comunistas del PT, del STUNAM ó gente del peje) y en sus propuestas por permitir inversión privada en agua, ojo, no de crear un mercado libre de agua, sólo de permitir un poco de racionalidad económica, los estatistas de la asamblea ya amagan con no permitir “la privatización” del agua, de garantizar el nefasto monopolio del gobierno sobre dicho recurso. Otra vez los políticos perredistas (en realidad viejos priístas) estatistas defendiendo su terruño a nombre del pueblo. El agua, otro sector víctima del monopolio gubernamental.
Los oligopolios y monopolios privados son un verdadero obstáculo para México, para el cambio tecnológico, para la elección libre de los consumidores. Pero ojo, no nos cuestan-como contribuyentes- y se podría acabar con ellos (no expropiando, sino sometiéndolos a la intensa competencia local y foránea) con cambios a la ley, basta sólo con voluntad política.
En cambio, los monopolios gubernamentales nos cuestan fiscalmente a todos, y lo peor, muchos tienen sindicatos con nexos priístas que simplemente no soltarán a su “minita de oro”. Antes querrán armar una revolución. Qué pena para los mexicanos.
Cómo vencer la violencia? (I)
“La tolerancia a que los narcos se mataran entre sí, tuvo otras ominosas consecuencias, aparte del disparo de los asesinatos. Los capos además de comprender que no tenían porque ser subordinados de políticos y policías corruptos y que podían confiar en su propia capacidad de violencia, terminaron de descubrir que su negocio en realidad no era el contrabando de drogas.”
Leopoldo Escobar
En el artículo “Prohibición, violencia y dogmatismo” sostuve que la mera legalización de las drogas no permitiría superar el grave problema de la violencia en México, de la misma manera en que dejar de fumar no le va a devolver la salud al enfermo de cáncer de pulmón.
Propuse entonces que sin renunciar al reclamo de la legalización de las drogas, el remedio a la violencia está en fortalecer el estado de derecho. ¿Pero que significa fortalecer el estado de derecho en el momento actual?
Para responder a ello lo primero es comprender la naturaleza del mal que aqueja a México, pero tal clarificación a su vez requiere previamente entender lo que NO está ocurriendo.
La mitología izquierdista de la violencia
La narrativa más popular sobre lo violencia en México es la de la izquierda: la matanza tiene como causas estructurales la prohibición de las drogas y el aumento de la pobreza que nos impuso el neoliberalismo y, como causa coyuntural, la decisión del presidente Felipe Calderón de declararle la guerra al narcotráfico.
Incluso fuera de la izquierda, en el campo liberal, esta visión es socorrida. Por ejemplo, en su artículo “Una nueva muerte en la guerra contra las drogas” publicado por The Wall Street Journal, Mary Anastasia O'Grady dice:
“México tiene la mala suerte de situarse al lado de este lucrativo mercado. Tampoco ayuda que una vez que las drogas cruzan la frontera parecen llegar a los consumidores con facilidad. Como me dijo el entonces alcalde electo de Ciudad Juárez, Héctor Murguía, en una entrevista realizada en su casa el año pasado: “Necesitamos preguntarle a Estados Unidos cómo son un país en calma a pesar del alto nivel de consumo”. O, para decirlo con menos delicadeza, quizás los jefes de los carteles lo arriesgan todo en la frontera porque saben que desde Mc Allen, en Texas, hasta Seattle, tienen el camino despejado.”
“(…) ¿Por qué debería pedírsele a los mexicanos que den sus vidas porque los estadounidenses tienen un apetito voraz por estas sustancias? Calderón ha hecho poco para plantear esta pregunta. En cambio, dice que la guerra se justifica porque ahora el consumo es un asunto a considerar en México. Pero los datos mexicanos no respaldan tal afirmación, como el ex ministro de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda, escribió en un trabajo publicado el 6 de marzo por el Instituto Cato. “Los usuarios de drogas se han incrementado de 307,000 a 464,000 en los últimos siete años (entre 2002 y 2008), lo que en un país de 110 millones de habitantes no equivale a un enorme problema de droga”, escribió Castañeda.
Esta visión se sustenta en varias falacias, de las que aquí cabe destacar cuatro: que a los narcotraficantes no son perseguidos en Estados Unidos; que el gobierno de Calderón ha desatado la más grande lucha jamás habida contra el narcotráfico y que en México el problema de consumo es insignificante, mientras el apetito de los estadounidense por las drogas no deja de crecer.
Resulta sorprendente que alguien informado pueda sostener que en Estados Unidos se tolera a los narcotraficantes. Precisamente uno de los argumentos más frecuentes de quienes se oponen a la guerra a las drogas en el país vecino, es que millones de personas se hayan visto privadas de la libertad por narcotráfico, un delito sin víctima (y que por ende no es un verdadero crimen). En Estados Unidos cada año alrededor de 1.6 millones de personas son detenidas con relación a las drogas y hay poco más de 1.5 millones de individuos en prisión (la población carcelaria más grande del planeta), de los cuales más del 20% lo están por narcotráfico
En 2010 había en México 23,190 reos sentenciados por delitos del fuero federal, en su mayoría por narcotráfico, cifra que representa una tasa de 21 internos por cada 100 mil habitantes. En ese mismo año había en Estados Unidos aproximadamente 365 mil reos sentenciados por narcotráfico, cifra que representa una tasa de 121 internos por cada 100 mil habitantes: 6 veces más que en México ¿Puede alguien sostener entonces que el país vecino se tolera el narcotráfico, mientras que la carga de su combate se traslada a México?
Si con tales tasas de encarcelamiento el narcotráfico subsiste no es ello evidencia de que Estados Unidos simule la guerra a las drogas, sino que tal guerra además de intrínsicamente inmoral es un completo fracaso.
La patraña del escobazo al avispero
La segunda falacia reza que el gobierno de Calderón ha desatado la más grande lucha jamás habida contra el narcotráfico y que por ello los capos habrían reaccionado con violencia sin precedentes.
En realidad el gobierno de Calderón no ha hecho contra el narcotráfico – como negocio criminal- más que los gobiernos anteriores: el 90% de la cocaína que se consume en Estados Unidos sigue pasando por territorio mexicano; la producción de heroína, marihuana y meta-anfetaminas sigue al alza; el narco-menudeo sigue creciendo sin freno. No hay el menor indicio de que el negocio del narcotráfico se haya visto desarticulado, ni mucho menos.
Se habla de grandes aseguramientos de drogas, cuando que en otras administraciones ha habido equivalentes. Se habla también de captura de capos, cuando que también hubo sus equivalentes en otros sexenios.
Por tanto la afirmación de que los narcos reaccionan con violencia porque el gobierno los perjudica más que nunca es falaz, porque, primero, su premisa y su base empírica es falsa y, segundo, porque carece de la más elemental lógica: ¿qué sentido tiene eso de que como el gobierno me persigue más que antes entonces masacro más a mis rivales en lugar de hacerlo contra quien está (supuestamente) destruyendo mi negocio?
Es cierto que agentes del orden están siendo asesinados más que nunca, pero la mayor parte de los asesinatos no son contra policías o soldados, sino contra sujetos ligados de un modo u otro al narcotráfico (además de un creciente número de personas inocentes).
Además, la relación causa-efecto que se pretende establecer entre mayor combate al narcotráfico y mayor violencia, no es verdadera ni local ni universalmente. En los años setenta mediante la Operación Cóndor el gobierno de México casi erradicó la producción de heroína que acaparaba el 70% del mercado estadounidense, sin que por ello se desatara una ola de violencia siquiera cercana a la presente.
En 1989 fue detenido Miguel Ángel Félix Gallardo, entonces el máximo capo; en 1990 lo fue Amado Carrillo, que en pocos años se convertiría en máxima cabeza del narco y en 1995 fue capturado Juan García Ábrego, el capo más consentido del sexenio de Carlos Salinas. En ninguno de estos casos en represalia los narcos hicieron un solo disparo.
En Colombia en los últimos 9 años se lograron los más grandes decomisos de droga de la historia y la producción de heroína casi desapareció (hace una década era mucho más importante que la de México). Pero la violencia homicida lejos de dispararse no ha cesado de disminuir en forma sostenida.
Conociendo México al estilo Carlos Fuentes
La tercera falacia, la de que no existe un problema de consumo de drogas en México sólo se puede sostener si se cierran los ojos a la realidad cotidiana. Hace 15 años ni siquiera existía el término “narco-tienditas”. Hace 10 años eran miles esos puntos de venta de drogas y ahora se cuentan por decenas de miles.
Los datos de las supuestas encuestas sobre adicciones que Castañeda utiliza, carecen de veracidad e incluso de verosimilitud. Según la encuesta de adicciones de 2002, el número de adictos bajó en comparación de 1998 ¡cuando crecían las “narco-tienditas” como hongos por todo el país!
Mucho más interesante que las falsas encuestas sobre adicciones, son los datos que originalmente el gobierno no buscaba trascendieran a la opinión pública pero que terminaron por trascender, como los siguientes de los cuales informó el periódico Reforma del 11 de enero de 2007 (“Es México tercero en uso de cocaína”):
“México ocupa ya el tercer lugar mundial en consumo de cocaína, por debajo de Estados Unidos y Brasil, aseguró el Procurador General de la República, Eduardo Medina-Mora.
Durante su exposición ante el cuerpo diplomático mexicano el lunes pasado -la cual reconstruyó REFORMA con la versión de distintos asistentes-, el funcionario señaló que el año pasado se consumieron en México 80 toneladas del alcaloide.
Esta cifra, indicó Medina-Mora, “es resultado de un crecimiento del 20 por ciento anual en el consumo per cápita durante los últimos 11 años”.
De modo que resulta sorprendente que se pretenda negar la evidencia del agravamiento del consumo en México que nos asalta cotidianamente. Reconocer esa realidad no significa validar en lo más mínimo la prohibición y la guerra a las drogas, pero igualmente en nada beneficia a la causa de la despenalización propalar datos erróneos o francamente falsos.
Y eso nos conduce a desmontar otra falacia más, la del crecimiento explosivo del consumo de drogas en Estados Unidos. La verdad es que mientras en México el consumo se dispara, en el país vecino se mantiene la tendencia decreciente que ya lleva casi 3 décadas. Por ejemplo, según el Informe Mundial de las Drogas 2010 de Naciones Unidas, mientras que en 1988 los estadounidenses consumieron unas 660 toneladas de cocaína, en 2008 consumieron 165, tras de bajas paulatinas todos los años intermedios.
Y por cierto, esta nada despreciable baja en la prevalencia del consumo de drogas en Estados Unidos no fue resultado de las “guerra a las drogas” o de programa gubernamental alguno, sino de un cambio cultural gestado desde lo hondo de la sociedad estadounidense cuyos pilares han sido el reavivamiento religioso, el “culto al cuerpo” y en general una actitud más responsable y menos complaciente hacia estas sustancias psicoactivas hoy prohibidas.
Si el consumo de drogas en Estados Unidos fuera el determinante de la violencia en México, entonces a mediados de los ochenta tendría que haber habido mucha más violencia que ahora y por supuesto que no la hubo, aunque Castañeda sostenga lo contrario sin la menor evidencia.
La Caja de Pandora de la tolerancia a la violencia
De modo que si la violencia que afecta a México no se debe al (inexistente) aumento del consumo de drogas en Estados Unidos ni al endurecimiento de la prohibición (endurecimiento que sólo existe en la fantasía) ¿entonces a que responde?
Respuesta: La violencia es resultado de una acentuada debilidad del Estado mexicano y de su incapacidad para garantizar el orden y la seguridad pública. Esta crisis, que no es transitoria ni localizada, presenta el riesgo de que conduzca al país a una situación caótica, a una “condición de Estado fallido” como dice José Antonio Ortega (“México, ¿rumbo al Estado fallido?”, Planeta, 2010).
Para aproximarnos a este enfoque quepa recordar lo que cuenta otra de las narrativas de moda: antes no había matanzas porque los gobiernos priistas controlaban el narcotráfico, pero como ahora ya no hay pactos con el crimen la violencia se desató. Lo primero es cierto, lo segundo es fábula y sobre todo porque lo que quieran o dejen de querer los agentes del Estado ha pasado a ser secundario: en la última década los capos ya no se asumen empleados de nadie y más bien ellos se suponen amos de los políticos y los policías a los que sobornan.
Este proceso de autonomización de los narcos se inició en los noventa y tuvo como catalizadores la corrupción extrema y la decisión política de dejar que los narcos se mataran entre sí. Este proceso se dio por primera vez de manera clara en Juárez, Chihuahua. Ahí un grupo criminal se propuso arrebatar a otro el control de la “plaza” mediante el exterminio de los rivales A finales de los noventa el nuevo grupo había logrado su propósito, tras dejar un reguero de más de mil cadáveres. Luego la situación se replicó en otros puntos del país. El gobierno ni siquiera intentó impedir estas matanzas.
Al tolerar que grupos criminales recurrieran a la violencia extrema, mientras las fuerzas del orden se quedaban con los brazos cruzados, los políticos y burócratas del sistema de justicia penal abrieron una auténtica Caja de Pandora, aunque lo hicieron sin darse cuenta.
El problema es que ahora, aun cuando de veras quisieran devolver el genio a la botella, éste se niega a entrar. O dicho con otra metáfora: el agujero que irresponsable e innecesariamente hicieron es ya un gran boquete, que no deja de crecer y amenaza con resquebrajar toda la pared de la represa.
Y para seguir con la metáfora, la pared de la represa ante de ser agujereada ya de por sí era muy débil, pues la reforma al sistema de justicia penal que ya era indispensable hace 30 años, se ha continuando eludiendo.
El Estado, decía Weber, se distingue de cualquier otra institución porque reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia. De modo que al haber cedido parte de ese monopolio, políticos y burócratas del sistema de justicia penal debilitaron al Estado en lo único que no nos conviene que NO sea débil y sembraron las semillas del Estado fallido, semillas que germinan a velocidad vertiginosa.
Y si la postura laissez faire, laissez passer ante la violencia del narco no fuera demasiado, considérese adicionalmente la historia menos conocida -pero igualmente cierta- de la claudicación del Estado mexicano ante el terrorismo.
En México no hay unas FARC, pero el terrorismo existe. Durante 2 décadas grupos terroristas han cometido más de 200 secuestros (el más reciente fue el de Diego Fernández) por los cuales han obtenido unos 150 millones de dólares. ¿Cuántos detenidos hay por estos plagios? No más de una docena, capturados casi por casualidad, porque desde hace 20 años la consigna ha sido no aplicar la ley a los terroristas, conforme a consideraciones políticas, a cual más ridícula y ratonil.
En Guerrero un grupo terrorista, el ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente) ha entrado a la “narco-guerra”, en el bando contrario al del Cártel de Sinaloa. La temida perspectiva de que en México se liguen terrorismo con ideología y narco ha dejado de ser una posibilidad teórica, para convertirse en una realidad fáctica.
El negocio es la violencia, no las drogas
La tolerancia a que los narcos se mataran entre sí, tuvo otras ominosas consecuencias, aparte del disparo de los asesinatos. Los capos además de comprender que no tenían porque ser subordinados de políticos y policías corruptos y que podían confiar en su propia capacidad de violencia, terminaron de descubrir que su negocio en realidad no era el contrabando de drogas.
Si bien el de la violencia es el principal monopolio, no es el único que caracteriza al Estado. Tan importante como el primero es la capacidad de imponer exacciones.
Entonces, los capos han ido descubriendo que su capacidad de violencia no tiene porque limitarse a mantener el control del mercado clandestino de drogas y que pueden obtener rentas criminales más allá de su giro criminal tradicional. En otras palabras: el botín ya no es la renta que resulta de la adicción y su prohibición, el botín es el país entero.
Primero se apoderaron del tráfico de personas, después de la “piratería” y se han extendido al hurto de combustible de PEMEX, al robo de vehículos y al secuestro. Pero el giro criminal más prometedor es la extorsión, el cobro periódico de “cuotas” a todo aquel que se pueda esquilmar. Decenas de miles, quizás cientos de miles ya padecen este impuesto ilegal.
Por eso, aún en el caso de la despenalización de las drogas las organizaciones criminales seguirían controlado el narcotráfico mediante la violencia. Y aún si el narcotráfico dejara de ser negocio, estaría ese otro giro criminal que es la extorsión, el cual podría reportar ganancias equivalentes a las del tráfico de drogas: algo así como el 1.5% del PIB. Y para obtener un botín así los grupos criminales no van dudar – y de hecho no dudan ya- en perpetrar una matanza como la de los últimos 10 años y que ya ronda las 50 mil vidas.
A eso, a la acción de las organizaciones criminales que compiten por el monopolio estatal de la violencia y de las exacciones es a lo que nos enfrentamos.
Sindicato y educación: un testimonio
Héctor Aguilar Camín
En relación con mi columna de ayer, “Sindicato y educación”, me escribe un amigo y lector norteño, por más señas ex subsecretario de Educación de su estado.
Reproduzco su texto como un testimonio analítico de los usos y costumbres del sindicato magisterial:
El SNTE tiene las manos metidas en prácticamente todo el sistema educativo... Las secciones de los estados influyen, a no dudarlo, en la designación de los secretarios de Educación estatales; llevan mano en el nombramiento de los responsables de las áreas más importantes de dichas secretarías: subsecretarios y titulares de todos los niveles y modalidades de educación básica y, en no pocas ocasiones, de áreas como recursos humanos.
Cuando una designación no es de su gusto se movilizan y presionan para que se modifiquen decisiones. Es en estos espacios en los que se nombran comisionados al por mayor, y no tanto en los congresos sindicales: finalmente se trata de espacios dominados por el sindicato, de espacios en los que manda el sindicato.
En la conocida como “doble negociación” con los gobiernos locales, negocian con demandas que poco o nada tienen que ver con la prestación del servicio educativo, sólo con prestaciones adicionales de orden estrictamente gremial (bonos, llantas, gasolina, etc.).
¿No va siendo hora ya de que en las dos negociaciones (la general con la Federación y las particulares con los gobiernos estatales) se tomen en consideración los resultados de logro educativo expresado por exámenes como ENLACE? ¿No va siendo hora de que en estas negociaciones se considere el número de días de clases efectivamente laborados?
En los hechos, el SNTE tiene el control del sistema educativo porque no sólo impone directores y autoridades escolares, sino que controla toda la estructura media de supervisores escolares y jefes de sector. Con ello contamina la gestión estratégica desde las escuelas, subordinando el interés institucional al interés gremial y político.
Por si algo faltara, es el sindicato el que negocia las plazas de jubilados, cuyo número es siempre infinitamente mayor al de las plazas de nueva creación que se concursan. No son pocas las secciones estatales que ni siquiera concursan las plazas de nueva creación.
Junto con esto, todo mundo sabe que los concursos para la asignación de plazas directivas (supervisores, jefes de sector, directores) son meras simulaciones que no respetan ni los más elementales criterios escalafonarios.
Es verdad: el sistema educativo está realmente en manos del sindicato.
Don't shoot, I'm an American: ¿por qué están matando estadounidenses en México?
Don't shoot, I'm an American: ¿por qué están matando estadounidenses en México?
Víctor Hugo Michel
Estampas que marcan tendencia:
*15 de febrero de 2011, norte-centro de México: Jaime Zapata, agente del Buró de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, adscrito a la embajada estadounidense en México, muere al recibir al menos cinco disparos, tras ser atacado en un falso retén por sujetos armados cerca de San Luis Potosí…
*6 de febrero de 2011, frontera de Chihuahua: Juan Carlos Echeverri y Carlos González Bermúdez, estudiantes preparatorianos estadounidenses de El Paso, Texas, son asesinados en el transcurso de una balacera en Ciudad Juárez. Contra las advertencias del gobierno de Estados Unidos, habían cruzado al lado mexicano para acudir a una fiesta…
*23 de enero de 2011, Golfo de México: Nancy Davis, una misionera tejana con años de trabajo evangélico en Tamaulipas, es herida en la cabeza de un disparo por sicarios que atacan su camioneta, cerca del municipio de San Fernando. Aunque alcanza a llegar con vida al lado estadounidense de la frontera, sus heridas son demasiado graves. Fallece en un hospital de Texas poco después…
La muerte de Jaime Zapata, agente de ICE.
El número de ciudadanos americanos que han sido asesinados en México se cuadruplicó en los últimos cuatro años y es ahora el más alto del mundo, muy por encima de toda América, Europa, África o Asia y varias veces superior a los de países en guerra como Iraq o Afganistán, revela una investigación estadística de M Semanal en registros diplomáticos de Estados Unidos.
Estados como Guerrero, Veracruz, Chihuahua y Tamaulipas, entre otros, han reportado un incremento sustancial en los fallecimientos violentos de estadounidenses, una tendencia estadística que ya prendió las alarmas en Estados Unidos y que apunta a que, al menos en algunos casos, la violencia de la narcoguerra que vive el país ya alcanzó a los americanos, el principal grupo de extranjeros que reside, visita y trabaja en territorio mexicano.
Un total de 340 ciudadanos estadounidenses han sido víctimas de homicidio en México en lo que va del sexenio, --el 50 por ciento únicamente en 2010—según establecen datos de la red consular de Estados Unidos, contenidos en el reporte “Muertes No Naturales de Estadounidenses en el Extranjero 2002-2010” compilado por el Departamento de Estado.
Complementado con cifras actualizadas hasta enero pasado por el consulado de Estados Unidos en Juárez, el reporte revela que, atípicamente, en 2010 murieron 123 estadounidenses en territorio nacional, la cifra más alta jamás registrada para un solo año en la historia moderna de México, no vista desde tiempos de la Revolución Mexicana.
La mayoría –un total de 94-- fallecieron violentamente en Ciudad Juárez, que en 2010 se consolidó como la urbe más peligrosa del país y el mundo no sólo para los mexicanos, sino también para los americanos, que ahora tienen más probabilidades de morir en sus calles que en Bagdad (71 civiles muertos desde 2004, apenas 2 muertos en 2010) o en una zona de guerra, como la capital afgana, Kabul (16 civiles muertos desde 2003, 2 muertos en 2010).
Las estadísticas confirman que de 2006 a 2010, conforme la guerra con y entre los carteles de la droga se ha agudizado, el país ha experimentado un alza en el número de homicidios de estadounidenses no sólo en Juárez, sino en el resto de Chihuahua y en estados como Baja California y Tamaulipas, que junto con Durango concentran prácticamente el 90 por ciento de las muertes registradas.
Los datos, transmitidos a Washington por su red consular en territorio mexicano, establecen que si en 2003 hubo 47 asesinatos de estadounidenses, para 2005 la cifra había subido a 56. En 2008 bajó ligeramente hasta 51. Pero en 2009, conforme la violencia en distintos puntos del país despegaba, dio un salto: subió a 83. Para 2010, con 123 fallecimientos registrados, los homicidios se habían triplicado con respecto al año inicial.
“Estas son cifras impresionantes. El tema de que maten a estadounidenses en México es importante y quizá ha pasado por ahora a segundo plano por cosas que pasan en Egipto o Afganistán, pero más civiles estadounidenses han sido asesinados en tres años de guerra en México que en una década de conflicto en Afganistán e Iraq combinados”, dijo Bill McCollum, ex fiscal de Florida y analista en temas de seguridad internacional.
“Probablemente –advirtió-- en Washington no se han dado cuenta todavía del tamaño de lo que está pasando en México. Pero son números impactantes y Estados Unidos no tardará en darse cuenta de lo que está sucediendo. ¿Qué decidirá después el gobierno? Habrá que verse”.
Otras cifras de países latinoamericanos contrastan con la situación que vive México. Guatemala registró 39 muertes de estadounidenses desde 2002, una cifra que ha ido a la baja desde 2007 (en 2010 murieron sólo dos). Colombia, por su parte, tuvo 47 homicidios.
También en ese país sudamericano los números de asesinatos se han mantenido estables, al pasar de 6 muertes en 2006, 4 en 2007 y 6 en 2009 a nuevamente 4 en 2010.
***
Octubre de 2009: José Carlos Araiza y Joanna Herrera, originarios de Oregón, en la costa Oeste de Estados Unidos, son abatidos por pistoleros a unos metros del puente internacional de Zaragoza, en Ciudad Juárez. Estaban de visita…
Nancy Davis, misionera asesinada en Tamaulipas
Por ciudades, Juárez concentra casi el 50 por ciento de todas las muertes registradas en la década, con 154 homicidios. Las estadísticas muestran que en 2003 solo murieron en la urbe fronteriza 4 estadounidenses, promedio natural registrado en otros años; en 2004 y 2005, fue similar, con 5 cada uno; en 2006, apenas uno y en 2007, 3. Pero ya en 2008 la cifra se ubicó en 15. Para 2009, había saltado a 27.
En 2010, la explosión: llegó a 94, un incremento de 2 mil 300 por ciento en relación a lo registrado en 2003.
“Pensamos que mucha gente que ha muerto han sido personas con doble ciudadanía, que viajaban frecuentemente a Juárez ya sea por lazos familiares o de amigos”, dijo apenas en enero pasado la cónsul general de prensa y cultura de Estados Unidos en Juárez, Olga Bashbush, al tratar de explicar el pico de fallecimientos violentos.
De todas formas, insistió en que Washington ya ha declarado la ciudad fuera de límites para sus ciudadanos. “Hemos dicho que la situación en la frontera y en particular en Juárez, es muy delicada y peligrosa”, sostuvo.
Off limits o no, los asesinatos están ahí y han seguido escalando. Algunos han sido de alto perfil, como los de la funcionaria del consulado estadounidense en Juárez, Lesley Enriquez y su esposo, Arthur Redelfs, oficial adscrito a la oficina de correccionales del sheriff de El Paso, en Texas, asesinados por pandilleros de Barrio Azteca en marzo de 2010, incidente que detonó una cacería de sicarios en ambos lados de la frontera.
Pero otros, como el del soldado de la Guardia Nacional de Texas, José Gil Hernández, asesinado en una casa en octubre de 2010, fueron menos conocidos y pasaron prácticamente desapercibidos, lo mismo que el del sargento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, David Booher, muerto a balazos en un table dance en noviembre de 2009.
Desde 2005, al menos cinco soldados estadunidenses fuera de servicio han sido asesinados en Ciudad Juárez, en incidentes que primero llevaron al comando del Fuerte Bliss –principal base militar en El Paso-- a elevar sus restricciones para viajar a México y, eventualmente, a prohibir los permisos de visitar Juárez por completo.
Otras ciudades mexicanas con altos registros de homicidios de estadounidenses son Tijuana, con 96 asesinatos detectados por su consulado desde 2003. El año más sangriento fue 2009, con 21 muertes. En la escala de violencia, le sigue Nuevo Laredo, en Tamaulipas, que tiene 40 asesinatos en el mismo periodo, en siete años.
Reflejo de la nueva realidad en México, un nuevo fenómeno descriptivo apareció a partir de 2008 en las narrativas y estadísticas del Departamento de Estado: dentro de las causas de muerte de sus connacionales en territorio mexicano, Washington comenzó describir a algunos no sólo como víctimas de homicidio, son descritos con una palabra que no utiliza en ningún otro país del mundo.
“Ejecutado”.
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*23 de agosto de 2010, sur de México: Joseph Proctor, originario de Nueva York y casado con una mexicana, muere en Coyuca, Guerrero, durante un enfrentamiento con soldados del Ejército Mexicano. Los militares, que inicialmente declararon “haber repelido una agresión”, son acusados después de manipular la escena del crimen y depositar un rifle R-15 en manos del estadounidense…
Los estadunidenses Juan Carlos Echeverri, de 15 años, y Carlos Mario González Bermúdez, de 16, fueron acribillados en un lote de autos en Cd. Juárez.
Desglosado, 2010 registró homicidios de estadounidenses en las siguientes ciudades: Guadalajara y Puerto Vallarta, en Jalisco; Mina y Monterrey, en Nuevo León; Tijuana, Mexicali y Ensenada, en Baja California; Nogales, Santa Ana y Saric, Sonora; Cancún, Quintana Roo; Piedras Negras, Coahuila; Gómez Palacio, en Durango; Cuernavaca, en Morelos; Ciudad Juárez, Villa Ahumada y Chihuahua, en Chihuahua; Nuevo Laredo, Tamaulipas; San Martín de las Pirámides y Ecatapec, Estado de México; Puebla, Puebla; Acapulco, Guerrero; Lázaro Cárdenas, Michoacán; y Distrito Federal.
En paralelo a la escalada de homicidios, el número de estados de la República Mexicana que tienen vigentes alertas de viaje del Departamento de Estado se ha incrementado: actualmente, Washington ya desaconseja todo viaje no esencial a grandes partes de Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Sinaloa, Sonora y Baja California.
“Millones de ciudadanos estadounidenses visitan México cada año”, sostiene el Departamento de Estado en una alerta consular actualizada a principios de febrero. “Y el gobierno mexicano hace un esfuerzo considerable para proteger a los ciudadanos estadounidenses en sitios turísticos (pero) el crimen y la violencia son serios problemas. Mientras que la mayoría de las víctimas de la violencia son ciudadanos mexicanos asociados con actividad criminal, la situación de seguridad representa un serio riesgo para los ciudadanos estadounidenses también”.
***
*30 de octubre de 2010, frontera de Chihuahua: seis estadounidenses son asesinados en distintos incidentes en Ciudad Juárez. Cuatro mueren durante un tiroteo en un bar. Otros dos son baleados mientras conducían su auto por las calles de la urbe fronteriza, rumbo a El Paso…
Apenas la semana pasada, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, afirmó que la violencia en algunas ciudades de Estados Unidos es muy superior a la que se registra en parte de México.
“México es, en términos de los indicadores de violencia, más seguro que muchas ciudades de Estados Unidos”, señaló en una conferencia de prensa, al ser cuestionado sobre reportes de cada vez más agresiones a estadounidenses. Mencionó como ejemplos las ciudades de Detroit y Miami.
Pero según estadísticas del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés), Detroit registró en 2010 361 asesinatos, muy por debajo, 10 veces, de los más de 3 mil que hubo en Juárez en el mismo lapso.
Aun tomando en cuenta solamente los 94 asesinatos de estadounidenses registrados en la frontera de Chihuahua durante 2010, una comparación de las estadísticas del FBI con las del Departamento de Estado arrojan un resultado adicional: si Juárez fuera una ciudad estadounidense, ya sería la cuarta más peligrosa de todo Estados Unidos.
Que pena con los vecinos
Que pena con los vecinos
Por: Salvador Camarena
(Revisar nota de actualización, al final del texto).
Es el desastre perfecto. El joven oficial de aduanas y migración Jaime Zapata debería estar vivo. De uno de los enormes agujeros de la llamada justicia mexicana surgieron las balas que el pasado 15 de febrero le mataron en una carretera de San Luis Potosí (centro de México). Decir que debería estar vivo no es licencia poética. No sólo fue absurda su muerte (los delincuentes han confesado que Jaime fue "confundido" con criminales rivales), sino que por principio de cuentas su homicida tendría que haber estado el día de los hechos en una cárcel: había sido detenido en 2009 con armas cuya posesión constituye un delito grave. Nadie atina a explicar aún cómo fue posible que fuera liberado hace más de un año. Si el muerto hubiera sido un ciudadano mexicano, el caso difícilmente habría alcanzado las primeras planas (así de común se han vuelto los absurdos en este país). Pero hay que aclarar que a pesar de su castizo nombre, Jaime Zapata era un agente estadounidense adscrito a México. El desastre será no sólo perfecto, sino diplomático.
Salvo el Ejército Mexicano (que en las dos ocasiones detuvo al presunto delincuente), quizá nadie saldrá bien parado de este episodio. Quedará en duda, para empezar, la utilidad de la denuncia ciudadana. Desde que el Presidente Felipe Calderón inició el combate al crimen organizado en diciembre de 2006, el gobierno ha insistido en la necesidad de que la población denuncie actividades y personas "sospechosas". La detención en diciembre de 2009 de Julián Zapata Espinoza (sí, comparte apellido con el asesinado) se logró gracias a una denuncia ciudadana. Se le detuvo, junto con otras seis personas, con "cuatro armas largas y tres cortas", según las crónicas periodísticas, además tenían en su poder 692 cartuchos de distintos calibres. El Ejército lo puso a disposición de la fiscalía federal y ahí comienza la bruma.
Un diario, El Universal, dice que Julián Zapata Espinoza dejó la cárcel gracias a que pagó una fianza. Otro diario, Pulso, dice que aun en libertad el inculpado tenía que acudir a firmar semanalmente, cosa que suspendió en enero de 2010, por lo que se ordenó la reaprehensión... Pero otra información publicada la mañana del jueves nos dice lo que ya intuíamos: hay más de 800 mil órdenes de aprehensión, entre ellas 120 mil de re-aprehensión, que no han sido ejecutadas por policías de todo el país. Quizá, y sólo quizá, una de ellas era la del acusado de asesinar a Jaime Zapata.
Otro de los absurdos de esta tragedia es que desde hace meses se sabe que San Luis Potosí está en poder de los delincuentes. La prensa vive bajo acoso, y los ciudadanos en la indefensión. Incluso, desde septiembre pasado transportistas han demandado seguridad ante la frecuencia de los asaltos que padecen en las carreteras potosinas. Ni más ni menos hace tres semanas, días antes de esta tragedia, de nueva cuenta los industriales de la transportación habían pagado anuncios en la prensa para exigir al gobierno protección.
El vehículo en que se transportaban los oficiales de aduanas (junto a Zapata iba el también agente Víctor Ávila, que resultó herido) contaba con blindaje, pero según ha trascendido al detenerse se abrieron los seguros de las puertas, lo que fue aprovechado por los asesinos. El incidente dará fuerza a las voces que desde Washington piden que se autorice a personal de EEUU a portar armas para su defensa (aunque también ha habido cuestionamientos en Estados Unidos sobre si no hubo errores de procedimiento de los agentes, que viajaban en una vistosa camioneta en la que es calificada por Milenio como la "carretera más peligrosa de México").
Me corrijo: quizá ni el Ejército salga bien librado de todo este asunto. En las redes sociales ya se reclama que tuvo que ocurrir la muerte de un estadounidense para que en cosa de una semana fueran capturados los presuntos implicados. Un éxito que palidece ante miles y miles de casos sin resolver. Qué pena con los vecinos americanos, pero sobre todo qué pena nuestro caso, sabíamos que San Luis vive asolado por los delincuentes, y poco o nada hemos hecho.
*Foto tomada de la portada del diario Pulso, de San Luis Potosí. En ella se exhibe la imagen del acusado Julián Zapata Espinoza, tanto el miércoles 23 de febrero cuando fue presentado a la prensa, como en la ocasión de 2009, cuando fue detenido originalmente.
Horas después de que fuera publicado este blog, la Judicatura Federal explicó que el juez dejó en libertad a Zapata porque la fiscalía no pudo demostrar delitos graves. El desastre.
Piqueteros intelectuales
Piqueteros intelectuales
El grupo Carta Abierta pidió a la Feria del Libro de Buenos Aires que me retirara la invitación para inaugurarla, por mi posición "liberal" y "reaccionaria". ¿Qué quieren, una nueva Cuba?
MARIO VARGAS LLOSA
Un puñado de intelectuales argentinos kirchneristas, vinculados al grupo Carta Abierta, encabezados por el director de la Biblioteca Nacional Horacio González, pidió a los organizadores de la Feria del Libro de Buenos Aires, que se abrirá el 20 de abril, que me retirara la invitación para hablar el día de su inauguración. La razón del veto: mi posición política "liberal", "reaccionaria", enemiga de las "corrientes progresistas del pueblo argentino" y mis críticas a los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Bastante más lúcida y democrática que sus intelectuales, la presidenta Cristina Fernández se apresuró a recordarles que semejante demostración de intolerancia y a favor de la censura no parecía una buena carta de presentación de su Gobierno ni oportuna cuando parece iniciarse una movilización a favor de la reelección. Obedientes, pero sin duda no convencidos, los intelectuales kirchneristas dieron marcha atrás.
El ministro del Interior de la dictadura prohibió 'La tía Julia y el escribidor' por ofensiva
El nacionalismo es una ideología que ha servido siempre a los sectores más cerriles
Me alegra coincidir en algo con la presidenta Cristina Fernández, cuyas políticas y declaraciones populistas en efecto he criticado, aunque sin llegar nunca al agravio, como alegó uno de los partidarios de mi defenestración. Nunca he ocultado mi convencimiento de que el peronismo, aunque haya impulsado algunos progresos de orden social y sindical, hechas las sumas y las restas ha contribuido de manera decisiva a la decadencia económica y cultural del único país de América Latina que llegó a ser un país del primer mundo y a tener en algún momento un sistema educativo que fue un ejemplo para el resto del planeta. Esto no significa, claro está, que aliente la menor simpatía por sus horrendas dictaduras militares cuyos crímenes, censuras y violaciones de los derechos humanos he criticado siempre con la mayor energía en nombre de la cultura de la libertad que defiendo y que es constitutivamente alérgica a toda forma de autoritarismo.
Precisamente la única vez que he padecido un veto o censura en Argentina parecido al que pedían para mí los intelectuales kirchneristas fue durante la dictadura del general Videla, cuyo ministro del Interior, el general Harguindey, expidió un decreto de abultados considerandos prohibiendo mi novela La tía Julia y el escribidor y demostrando que ésta era ofensiva al "ser argentino". Advierto con sorpresa que los intelectuales kirchneristas comparten con aquel general cierta noción de la cultura, de la política y del debate de ideas que se sustenta en un nacionalismo esencialista un tanto primitivo y de vuelo rasero.
Porque lo que parece ofender principalmente a Horacio González, José Pablo Feinmann, Aurelio Narvaja, Vicente Battista y demás partidarios del veto, por encima de mi liberalismo es que, siendo un extranjero, me inmiscuya en los asuntos argentinos. Por eso les parecía más justo que abriera la Feria del Libro de Buenos Aires un escritor argentino en consonancia con las "corrientes populares".
Si tal mentalidad hubiera prevalecido siempre en Argentina el general José de San Martín y sus soldados del Ejército Libertador no se hubieran ido a inmiscuir en los asuntos de Chile y Perú y, en vez de cruzar la Cordillera de los Andes impulsados por un ideal anticolonialista y libertario, se hubieran quedado cebando mate en su tierra, con lo que la emancipación hubiera tardado un poco más en llegar a las costas del Pacífico sudamericano. Y si un rosarino llamado Ernesto Che Guevara hubiera profesado el estrecho nacionalismo de los intelectuales kirchneristas, se hubiera eternizado en Rosario ejerciendo la medicina en vez de ir a jugarse la vida por sus ideas revolucionarias y socialistas en Guatemala, Cuba, el Congo y Bolivia.
El nacionalismo es una ideología que ha servido siempre a los sectores más cerriles de la derecha y la izquierda para justificar su vocación autoritaria, sus prejuicios racistas, sus matonerías, y para disimular su orfandad de ideas tras un fuego de artificio de eslóganes patrioteros. Está visceralmente reñido con la cultura, que es diálogo, coexistencia en la diversidad, respeto del otro, la admisión de que las fronteras son en última instancia artificios administrativos que no pueden abolir la solidaridad entre los individuos y los pueblos de cualquier geografía, lengua, religión y costumbres pues la nación -al igual que la raza o la religión- no constituye un valor ni establece jerarquías cívicas, políticas o morales entre la colectividad humana. Por eso, a diferencia de otras doctrinas e ideologías, como el socialismo, la democracia y el liberalismo, el nacionalismo no ha producido un solo tratado filosófico o político digno de memoria, sólo panfletos a menudo de una retórica tan insulsa como beligerante. Si alguien lo vio bien, y lo escribió mejor, y lo encarnó en su conducta cívica fue uno de los políticos e intelectuales latinoamericanos que yo admiro más, el argentino Juan Bautista Alberdi, que llevó su amor a la justicia y a la libertad a oponerse a la guerra que libraba su propio país contra Paraguay, sin importarle que los fanáticos de la intolerancia lo acusaran de traidor.
Los vetos y las censuras tienden a imposibilitar todo debate y a convertir la vida intelectual en un monólogo tautológico en el que las ideas se desintegran y convierten en consignas, lugares comunes y clisés. Los intelectuales kirchneristas que sólo quisieran oír y leer a quienes piensan como ellos y que se arrogan la exclusiva representación de las "corrientes populares" de su país están muy lejos no sólo de un Alberdi o un Sarmiento sino también de una izquierda genuinamente democrática que, por fortuna, está surgiendo en América Latina, y que en países donde ha estado o está en el poder, como en Chile, Brasil, Uruguay, ha sido capaz de renovarse, renunciando no sólo a sus tradicionales convicciones revolucionarias reñidas con la democracia "formal" sino al populismo, al sectarismo ideológico y al dirigismo, aceptando el juego democrático, la alternancia en el poder, el mercado, la empresa y la inversión privadas, y las instituciones formales que antes llamaba burguesas. Esa izquierda renovada está impulsando de una manera notable el progreso económico de sus países y reforzando la cultura de la libertad en América Latina.
¿Qué clase de Argentina quieren los intelectuales kirchneristas? ¿Una nueva Cuba, donde, en efecto, los liberales y demócratas no podríamos jamás dar una conferencia ni participar en un debate y donde sólo tienen uso de la palabra los escribidores al servicio del régimen? La convulsionada Venezuela de Hugo Chávez es tal vez su modelo. Pero allí, a diferencia de los miembros del grupo Carta Abierta, la inmensa mayoría de intelectuales, tanto de izquierda como de derecha, no es partidaria de los vetos y censuras. Por el contrario, combate con gran coraje contra los atropellos a la libertad de expresión y la represión creciente del gobierno chavista a toda forma de disidencia u oposición.
De quienes parecen estar mucho más cerca de lo que tal vez imaginan Horacio González y sus colegas es de los piqueteros kirchneristas que, hace un par de años, estuvieron a punto de lincharnos, en Rosario, a una treintena de personas que asistíamos a una conferencia de liberales, cuando el ómnibus en que nos movilizábamos fue emboscado por una pandilla de manifestantes armados de palos, piedras y botes de pintura. Durante un buen rato debimos soportar una pedrea que destrozó todas las lunas del vehículo, y lo dejó abollado y pintarrajeado de arriba abajo con insultos. Una experiencia interesante e instructiva que parecía concebida para ilustrar la triste vigencia en nuestros días de aquella confrontación entre civilización y barbarie que describieron con tanta inteligencia y buena prosa Sarmiento en su Facundo y Esteban Echeverría en ese cuento sobrecogedor que es El matadero.
Me apena que quien encabezara esta tentativa de pedir que me censuraran fuera el director de la Biblioteca Nacional, es decir, alguien que ocupa ahora el sitio que dignificó Jorge Luis Borges. Confío en que no lo asalte nunca la idea de aplicar, en su administración, el mismo criterio que lo guió a pedir que silenciaran a un escritor por el mero delito de no coincidir con sus convicciones políticas. Sería terrible, pero no inconsecuente ni arbitrario. Supongo que si es malo que las ideas "liberales", "burguesas" y "reaccionarias" se escuchen en una charla, es también malísimo y peligrosísimo que se lean. De ahí hay sólo un paso a depurar las estanterías de libros que desentonan con "las corrientes progresistas del pueblo argentino".
Las autoridades confirman la muerte de 1.217 personas
Las autoridades confirman la muerte de 1.217 personas pero temen que la cifra llegue a 10.000
El Gobierno de Tokio lucha contra la devastación con un enorme dispositivo de rescate que ha desplegado a 100.000 soldados, 300 aviones y 40 barcos.- En la provincia de Miyagi siguen poder ser localizados los 9.500 habitantes de la localidad de Minamisanriku
JOSE REINOSO | AGENCIAS (ENVIADO ESPECIAL) - Tokio -
Sigue en Eskup el minuto a minuto del terremoto | Vídeo de la explosión en una de las plantas nucleares de Fukushima
Japón sigue en estado de shock por el devastador terremoto que ha dejado por el momento 1.217 muertos, según el balance oficial, 300.000 desplazados y miles de desaparecidos. Estas cifras son provisionales y podrían incrementarse de forma significativa en las próximas horas ya que las autoridades temen que solo en la provincia de Miyagi, la más afectada por el terremoto del viernes en Japón, la cifra de víctimas mortales supere los 10.000. En esta provincia continúan sin localizar 9.500 habitantes de Minamisanriku, un pueblo que fue prácticamente arrasado por el tsunami que produjo el terremoto .
El Gobierno ha puesto en marcha un enorme dispositivo de salvamento, con el despliegue de 100.000 soldados, 300 aviones y alrededor de 40 barcos. Los supervivientes en las zonas devastadas se apiñan en los refugios y hacen alimentos ante la incertidumbre sobre lo que tardarán en llegar nuevos víveres, mientras los equipos de rescate siguen buscando gente entre las casas sumergidas, los coches reventados y los barcos arrastrados por las aguas.
En las últimas 11 horas se han resgistrado 14 réplicas del devastador terremoto del viernes, tres de ellas de 6. Las autoridades siguen pidiendo precaución a las poblaciones de la costa ante la posibilidad de que se vuelvan a repetir los tsunamis, como efecto de estas réplicas.
Situación caótica
Más de un millón de hogares carecen de agua potable desde el viernes y más de 2 millones de viviendas están a oscuras en Aomori, Iwate, Miyagi y Fukushima. También se está racionando el combustible en las gasolineras en esas provincias golpeadas por el seísmo, el mayor que ha sufrido Japón desde que comenzó a registrar datos hace 140 años.
Ante la gravedad de la situación, mañana se suspenderán los trabajos en instituciones como el Parlamento de Japón, algo inusual en una de las naciones más avanzadas del mundo. Tampoco abrirán sus puertas el lunes las plantas de los gigantes de la industria automovilística nipona Honda, Nissan, Mitsubishi, Suzuki o Toyota, líder mundial del motor. Algunas de estas grandes empresas aseguraron que es muy difícil continuar operando sin recibir las piezas de repuesto que necesitan y el Ejecutivo les pidió que conserven energía para evitar más cortes de suministro en los próximos días.
Las imágenes aéreas siguen mostrando edificios arrancados de cuajo y coches y trenes desparramados como si fueran juguetes de plástico por la fuerza de las olas en los alrededores de la ciudad de Sendai, situada unos 300 kilómetros al norte de Tokio y a solo 130 kilómetros del epicentro. En Sendai, que tiene alrededor de un millón de habitantes, han sido encontrados alrededor de 300 cadáveres. El barrio de Wakabayashi, que da al mar, quedó convertido en un pantanal. La mayoría de sus casas resultaron barridas. El mar arrojó dos kilómetros tierra adentro contenedores del puerto, transformados en arietes mortales.
El primer ministro, Naoto Kan, que recorrió ayer por la mañana la región en helicóptero, dijo que se trata de un "desastre nacional sin precedentes". "El daño es enorme. Lo que eran hasta ahora zonas residenciales han sido barridas en su mayoría en muchas áreas costeras y los fuegos siguen ardiendo", dijo. Estados Unidos, que tiene 50.000 soldados en Japón, ordenó a su flota, incluidos dos portaaviones, que suministre ayuda.
Las continuas réplicas han provocado el pánico en muchos ciudadanos y turistas. Como Jayce Ong, un ingeniero singapureño de 35 años que se encontraba de viaje en Tokio. "Cuando se produjo el terremoto, estaba en un café. Todo comenzó a temblar. No es que sintiera el terremoto, sino que estaba dentro de él. No tuve miedo sino terror. No sabía dónde meterme. Pensé que la tierra se iba a abrir y me iba a tragar", contaba anoche en el aeropuerto de Haneda, uno de los dos de la capital, mientras hacía cola para sacar la tarjeta de embarque.
A Katy Hamm, una estadounidense de 29 años que vive en Washington, el temblor la sorprendió en el aire. "Se produjo cuando íbamos a aterrizar en Tokio. El avión volvió a remontar el vuelo y estuvimos una hora y media dando vueltas. Iba a hacer una escala de algo más de una hora antes de continuar hacia Bangkok, y llevo más de 30 horas aquí", dice Hamm, que se dirigía a Tailandia en viaje de turismo.
Japón está asentado en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad volcánica y telúrica, y Tokio se encuentra en uno de los lugares más peligrosos, donde tres placas continentales se están frotando unas con otras, lo que genera una enorme presión sísmica.
El Gobierno ha advertido desde hace tiempo de la posibilidad de que se produzca un terremoto de magnitud 8 antes de 30 años en la zona urbana de la capital.
"La prioridad absoluta es la seguridad"
Japón: "La prioridad absoluta es la seguridad"
El Gobierno lucha por evitar una explosión nuclear descontrolada
GEORGINA HIGUERAS (Enviada especial)| Niigata
Sigue en Eskup el minuto a minuto del terremoto | Vídeo de la explosión en una de las plantas nucleares de Fukushima
Japón lucha a la desesperada por evitar una "explosión nuclear descontrolada", después de la que el sábado destruyó el edificio que contenía el armazón metálico que guarda el reactor nuclear número uno de una de las dos centrales nucleares de Fukushima. El Ministerio de Exteriores de Japón convocó anoche de urgencia a todos los embajadores acreditados en Tokio para explicarles hoy la situación por la que atraviesa el país tras el terremoto del pasado viernes y, en especial, las medidas que se están adoptando para impedir la explosión de alguno de los cinco reactores nucleares cuyo sistema de refrigeración se estropeó por el seísmo.
De momento, no hay ninguna grieta en los sarcófagos, ni siquiera en el del reactor número uno
"El Gobierno ha hecho hincapié en que su prioridad es la seguridad", declara el embajador de España, Miguel Ángel Navarro, uno de los asistentes a la reunión. Para Tokio, aunque la situación es "muy grave", según ha reconocido el mismo primer ministro Naoto Kan, hasta ahora la radiactividad desprendida está bajo control. Kan ha subrayado que el terremoto y el tsunami del pasado viernes han sumergido a Japón en su peor crisis desde el final de la II Guerra Mundial.
El Gobierno japonés parece tener asumido que se está produciendo una fusión del núcleo de los reactores, pero su gran preocupación no es esa, sino evitar "una explosión descontrolada" del sarcófago metálico que contiene el reactor, como pasó en 1986, en Chernóbil (Ucrania). De ahí, la decisión de refrigerar los reactores inyectándoles agua de mar, lo que facilita el enfriamiento, aunque "muy posiblemente" los deje inservibles.
De momento, no hay ninguna grieta en los sarcófagos, ni siquiera en el del reactor número uno, pese a la explosión del sábado. La causa de esta fue la acumulación hidrógeno en el techo del edificio que guarda el reactor encerrado en su sarcófago y el contacto del hidrógeno con el oxígeno. Esa acumulación procedía de que al inyectarse agua marina se genera vapor y es necesario abrir las válvulas de hidrógeno.
Ese vapor es radiactivo y supone una liberación controlada de radiactividad, lo que no presenta grandes riesgos para la salud. Pero para reducir esas dosis de radiación que ya se detectan en el entorno de las dos plantas nucleares de Fukushima, se está añadiendo boro al agua marina, porque el boro fija los neutrones radiactivos.
Hoy el reactor más complicado es el número dos, cuya temperatura es muy elevada y en su interior se está produciendo la fusión del núcleo. Los expertos están utilizando la misma técnica de enfriamiento por agua marina pero tratan de abrir una vía de escape mayor al vapor, para evitar otra explosión del edificio que lo contiene.
"Los técnicos están envueltos en un proceso de contención de un accidente nuclear", ha indicado Navarro, que dice sentirse satisfecho con las serias explicaciones dadas por el Ministerio de Exteriores, que permitió a los embajadores y consejeros científicos de las embajadas todo tipo de preguntas. "Ha sido una exposición razonable", afirma.
Falta de información oficial
Posteriormente, el mismo director general de asuntos energéticos mantuvo una conferencia de prensa. Los grandes medios de comunicación japoneses han criticado hoy al Gobierno por la escasa información facilitada y el retraso con que ha dado a conocer a la población, muy afectada por el horror del terremoto y el riesgo nuclear, las medidas que se estaban adoptando para evitar una catástrofe de consecuencias inimaginables.
La obsesión actual del Gobierno es "neutralizar los reactores con una refrigeración de agua marina", lo que tal vez sea suficiente para impedir una explosión en estos días críticos en que la temperatura interior sigue aumentando pese a que los reactores se desconectaron automáticamente nada más suceder el terremoto.
El portavoz ministerial explicó que aunque la temperatura actual de los reactores no ha alcanzado el nivel crítico es muy elevada y supera los 800 grados centígrados. Pasados estos días, la temperatura bajará de forma natural. Hasta ahora, ningún responsable de las dos plantas atómicas, propiedad de la Compañía de Electricidad de Tokio, ha explicado cómo ha sido posible que los sistemas de refrigeración de los cinco reactores hayan fallado.
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