Leyes migratorias: A Dios rogando y con el mazo dando
Por Maribel Hastings
WASHINGTON.- Y continuando con la saga de mensajes contradictorios en el frente migratorio, resulta que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) quiere "mejorar" su imagen entre la comunidad inmigrante de Chicago, Illinois, mientras cerca, en Detroit, Michigan, el mismo ICE parece haberse dedicado a atemorizar familias en los alrededores de una escuela en contra de sus propios lineamientos de no conducir operativos en las inmediaciones de planteles escolares o lugares de culto.
Hoy lunes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) inicia en Chicago un programa piloto para "combatir la imagen negativa que algunos grupos tienen sobre el Departamento", reportó la agencia noticiosa AP.
La nota agrega que la idea es reunir a funcionarios de algunas de las agencias del DHS, como ICE y la Oficina de Protección Aduanal y Fronteriza (CBP), con inmigrantes y otros grupos de la comunidad para responder a las inquietudes que tengan.
La nota cita a una funcionaria de la CBP diciendo que lo único que la gente está acostumbrada a ver de ellos es "que estamos parados en la frontera, inspeccionando equipaje" y agregó que desde la reorganización del DHS en el año 2003 ha habido una "desconexión" con el público.
Lamentablemente la comunidad inmigrante no está sólo acostumbrada a ver a los agentes en la frontera "inspeccionando equipaje" porque las deportaciones de ICE son el pan nuestro de cada día para muchos.
Ahora incluso no son las llamadas redadas silenciosas.
En el vecino estado de Michigan, en la ciudad de Detroit, organizaciones denunciaron las tácticas de temor empleadas por ICE esta vez en las inmediaciones de una escuela en esa ciudad.
En rueda de prensa el pasado miércoles frente al plantel, grupos pro inmigrantes con algunos de los afectados, explicaron que los agentes siguieron a varias familias hasta el plantel escolar y cuando menos seis agentes se apostaron en vehículos fuera de la escuela.
Como en otros operativos, los afectados no son sólo los inmigrantes sin documentos sino sus hijos, muchos de ellos ciudadanos.
Un artículo cita al director de la escuela Hope of Detroit Academy, Al Abdel, diciendo que los niños
"no se pueden concentrar porque temen que si uno de sus padres es apartado de ellos, se preguntan si sus hermanos y sus padres estarán aquí el día de mañana con ellos".
Las denuncias fueron suficientes para que ICE emitiera una declaración afirmando que se está investigando el asunto.
Brian Hale, portavoz de ICE, señaló que "aunque un análisis preliminar sugiere que se siguieron ciertos requisitos, algunos elementos de la operación parecen haber sido contradictorios con nuestras normas, prioridades y política".
Pero claro, no hay nada que temer porque tanto la Casa Blanca como el DHS y por consiguiente ICE y CBP, el mismo que removió a Guatemala a una ciudadana estadounidense de cuatro años de edad, aseguran que todo la fuerza de la ley se está centrando en los criminales considerados "lo peor de lo peor".
Esta semana, otra vez, el presidente Barack Obama se reunirá con la bancada latina del Congreso (CHC) para hablar de inmigración, entre otros asuntos. Esto en medio de un reporte de Bloomberg de que la Casa Blanca habría tratado de persuadir a algunos congresistas demócratas de no participar en una rueda de prensa el pasado 31 de marzo para anunciar una gira nacional que pide un fin de las deportaciones de padres de niños ciudadanos y de jóvenes que se beneficiarían del DREAM Act.
El presidente Obama ha indicado que no tiene el poder de saltarse las leyes existentes para frenar deportaciones y su Casa Blanca asegura que las soluciones administrativas no funcionan a gran escala porque lo que se requiere es una reforma migratoria integral por la cual están trabajando.
Quizá, entre tanto, crean que la campaña de cambio de imagen de ICE sí puede aplicarse a gran escala y cuando menos apaciguar a la comunidad en tanto pasan las elecciones.
Como dijo la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR) echando mano de una frase popular el inglés, el plan del cambio de imagen del DHS, "es como ponerle lápiz labial a un cerdo: sigue siendo un cerdo horrible".
Maribel Hastings es asesora ejecutiva y analista de America's Voice.
La mujer a la que más teme Hugo Chávez
La mujer a la que más teme Hugo Chávez
Por Jorge Ramos
María Corina Machado no tiene miedo. Muchos de los opositores políticos de Hugo Chávez han dejado Venezuela, han sido inhabilitados o no se han atrevido a enfrentarse directamente a él o a retarlo en público. Ella es distinta.
Desde que fue elegida a la Asamblea Nacional en septiembre del 2010 –con el mayor número de votos de todo el país– María Corina (como todos le dicen) ha desafiado una y otra vez a Chávez y a su régimen. E incluso en un ya famoso discurso en febrero de este año, le puso fecha a la salida de Chávez del poder. Aquí pueden ver el discurso. (http://bit.ly/gOgKmU)
¿Se le puede ganar a Chávez por las buenas, con votos y no con balas?, le pregunté en una reciente entrevista. “Absolutamente y el presidente lo sabe”, me dijo, segura. “Y por eso el miedo que está demostrando y las reacciones agresivas, de descalificación, de intimidación.”
Efectivamente, Chávez la ha atacado directamente. “Esa es una burguesita de fina estampa”, dijo el presidente venezolano. Y luego la retó: “Ahh, lánzate pues burguesita de fina estampa, para que tú veas lo que es la furia de un pueblo.”
Y ella aceptó el reto. “Eso lo que demuestra es que el presidente perdió el contacto con los venezolanos”, me dijo. “A mí no me importa; me tiene absolutamente sin cuidado cómo me llame el presidente de la república. Me importa cómo me llamen mis conciudadanos. Me llaman María Corina y lo hacen con afecto.”
Chávez y María Corina se saludaron una vez en la Asamblea. ¿Qué pasó? “El presidente Chávez me habló a mí, me dijo que conocía a mi madre. Le envió saludos a mi madre y yo le regresé saludos a la suya.” Vi el video del encuentro. Pura frialdad. Ninguno parpadeó.
María Corina fue de las fundadoras del grupo Súmate que en el 2004 intentó, sin éxito, sacar a Chávez del poder con un referendo revocatorio. Los chavistas, dos años antes, habían acusado a los líderes de Súmate de traición a la patria y conspiración por apoyar el golpe de estado contra Chávez en el 2002 y por haber recibido dinero del National Endowment for Democracy.
María Corina niega haber apoyado el golpe de Estado pero sí reconoce haber recibido ayuda del extranjero. “Como cientos de organizaciones en el mundo”, me explicó, “recibimos en Venezuela fondos del Congreso de Estados Unidos y de otros gobiernos. Ocurre con todas las organizaciones que defienden los derechos humanos.”
Las acusaciones judiciales en su contra están pendientes. Pero ella sigue adelante. “No aceptamos el atropello, la ofensa y cómo se ha sembrado la violencia y la confrontación de los ciudadanos en medio de la bonanza petrolera más grande de nuestra historia”, dijo.
María Corina no es ingenua. Sabe que Chávez tendrá una enorme ventaja en las próximas votaciones. “Oiganme bien: efectivamente el presidente Chávez tiene recursos económicos, ha cooptado medios de comunicación”, me contó. “Las elecciones en Venezuela no serán libres y justas. Hay un desequilibrio absoluto desde la campaña electoral hasta los mecanismos de intimidación a trabajadores y empleados públicos. Pero la fuerza del pueblo de Venezuela no la puede detener ni el presidente Chávez ni ningún otro autócrata que traté de poner a Venezuela de rodillas.”
Esta madre de tres, que se niega a vivir en otro país, cree que el próximo presidente o presidenta de Venezuela debe tener autoridad moral, capacidad ejecutiva y no representar a ningún sector en particular. Pero ¿será ella? “Yo decidí dedicar mi vida a servir a mi país”, me comentó. Y cuando le pregunté si ella se lanzaría por la presidencia me dijo que “es prematuro hablar en este momento de nombres.”
La oposición política a Chávez se ha caracterizado por sus divisiones y por su falta de un plan común de acción. Ya veremos si para diciembre del 2012 las cosas son distintas. Mientras tanto, se lance o no, María Corina es hoy en día la voz más clara, directa y valiente frente al chavismo. Ella es la mujer a la que más le teme Chávez.
María Corina sabe que su tarea –sacar a Chávez del poder– es cuesta arriba.
“La libertad se conquista todos los días. No se hereda.” Pero ya sabe por qué lo hace.
“Yo adoro mi país; Venezuela es un país extraordinario donde quiero vivir y donde quiero que crezcan los hijos de mis hijos”.
Zetas, los responsables
PGR: 116 cuerpos, hallados en fosas de San Fernando; Zetas, los responsables
Marisela Morales informó sobre la detención de una persona más involucrada con la matanza de migrantes; ya suman 17 los detenidos.

Ciudad de México.- La procuradora de la República, Marisela Morales, confirmó que ya son 116 cuerpos los hallados en fosas del municipio de San Fernando, Tamaulipas. Aseguró que los responsables de la masacre pertecen a la agrupación de los Zetas, además de que hay 17 detenidos.
En conferencia conjunta con el secretario de Gobernación, Francisco Blake y el gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, la procuradura dio a conocer que hoy fue capturada una persona más vinculada con la matanza de migrantes en dicho municipio.
El detenido responde al nombre de Jhonny Torres Andrade, perteneciente a la célula criminal involucrada con la matanza, quien fue identificado por uno de los presuntos delincuentes ya arrestados.
Respecto a los detenidos, Marisela Morales informó que 14 presuntos responsables de los hechos ya fueron arraigados y los otros tres fueron puestos a disposición de la Siedo. Además , dijo existe indicios de que pertenecen a la organización delictiva de 'los Zetas'.
La funcionaria precisó que se han realizado 72 necropsias y se han tomado muestras de ADN para ser confrontados con los cuerpos.
La titular de la PGR detalló que estas personas son probables responsables de los ilícitos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, homicidio, violación a la ley de inhumación y exhumación de cuerpos, así como de violación a la ley de armas de fuego y explosivos.
Morales Ibáñez indicó que se trabaja de manera conjunta con la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas y se han realizado dictámenes periciales, estudios de criminalística, dactiloscopia, odontología, y genética, entre otros para identificar a los cuerpos.
Envió condolencias a los familiares de las víctimas y llamó a la ciudadanía para reconocer o denunciar a los presuntos responsables de la desaparición de las 116 personas que fueron secuestradas y privadas de la vida cuando se dirigían a Reynosa, Tamaulipas y a Estados Unidos.
La titular de la PGR afirmó que esta dependencia no escatimará esfuerzos para esclarecer los hechos y poner a disposición de las autoridades a los presuntos responsables.
Detalló que la PGR desde hace días atrajo la investigación y trabaja de manera coordinada con la Procuraduría Estatal para indagar la relación entre el secuestro de pasajeros y el hallazgo de fosas en la que se han encontrado 116 cuerpos.
En el mensaje a medios también estuvieron el titular de la Secretaría de Gobernación, José Francisco Blake Mora, el gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, y el secretario del Gobierno de Tamaulipas, Morelos Jaime Canseco Gómez.
La embajadora de EU abandona Ecuador
La embajadora de EU abandona Ecuador
Antes de partir hacia Miami, Heather Hodges se despidió afirmando que quiso mucho a Quito y fue un orgullo servir a su país
EFE
El avión en el que viaja la diplomática salió de la capital ecuatoriana alrededor de las 09.40 hora local (14.30 GMT) con destino a Miami, indicó la portavoz de prensa de la Embajada, Marta Youth.
"He querido mucho a este país, creo que he hecho mucho aquí en este país, ha sido un honor tremendo representar a Estados Unidos aquí y a mi presidente Barack Obama en Ecuador", dijo Hodges a la prensa en el aeropuerto antes de abordar el avión hacia su país, publicó el periódico electrónico Ecuadorinmediato.
Añadió que lo que ha visto "es un país de una belleza increíble, con unas aves increíbles y con una gente, con un pueblo, el pueblo ecuatoriano que quiere trabajar, quiere hacer lo mejor y quiere mejorar su futuro".
El viaje tiene lugar al cumplirse una semana de que el Gobierno de Quito declarase "persona non grata" a Hodges y le pidiese que saliera del país, una acción a la que Washington replicó el pasado jueves respecto al embajador ecuatoriano allí, Luis Gallegos.
Escándalo de corrupción
Ecuador adoptó la decisión después de que el lunes pasado se hiciera público un supuesto cable filtrado por WikiLeaks y atribuido a Hodges que aseguraba que en Ecuador hay corrupción generalizada en la Policía y que algunos funcionarios de la embajada creían que el presidente, Rafael Correa, había puesto como jefe de este órgano a un agente corrupto para manipularlo.
El ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, llamó a Hodges para que explicase el contenido del cable, pero ésta señaló que eran documentos robados y que no haría comentarios al respecto, una respuesta que Quito consideró inaceptable.
Folleto para un Estatista
Folleto para un Estatista
por Stefan Molyneux
En aras de la eficiencia, he decidido condensar en una sola página todas las discusiones que he tenido con el estatista promedio, para ofrecérsela a aquellos que sostienen que el gobierno es voluntario, que si no te gusta eres libre de irte, que la tributación no es violencia, etc.
También pensé que esto podría ser de utilidad para usted, porque la vida es corta.
Yo: Dime, ¿crees que apelar a la violencia está mal?
Estatista: Si, la violencia está mal, excepto en defensa propia.
Yo: De acuerdo, excepto en defensa propia. Así que dime, ¿cómo crees que se deberían resolver los problemas, si no debiéramos usar la violencia?
Estatista: Bueno, creo que la gente debería involucrarse más en política, y que los gobiernos deberían hacer “ABC”, “X”, “Y” y “Z”.
Yo: Pero, ¿cómo concilias tu objeción a la violencia con tu apoyo a los programas gubernamentales, dado que tales programas son financiados a través de los impuestos, lo cual es coercitivo?
Estatista: ¿Eh? ¿de qué estás hablando? Los impuestos no son coercitivos.
Yo: La tributación es coercitiva, ya que si no pagas tus impuestos, se te secuestra a punta de pistola y eres arrojado a la cárcel, en donde te disparan si intentas escapar.
Estatista: Pero vivimos en democracia; elegimos a nuestros gobiernos.
Yo: Estar obligado a elegir entre dos alternativas violentas no equivale a ser libre para elegir. Si el dueño de una tienda pudiese elegir a qué pandilla mafiosa le pagará el dinero para su “protección”, ¿podríamos argumentar que está eligiendo libremente? Si una mujer pudiese elegir entre dos potenciales maridos, pero será forzada a casarse con uno de ellos, ¿podría ella decir que realmente está “eligiendo” casarse? Sólo somos libres de elegir a un gobierno si tenemos la opción de no ser gobernados.
Estatista: Bueno, existe un “contrato social”, que vincula a la gente con sus gobiernos.
Yo: No existe tal “contrato social”. A menos que se le conceda el poder de representación, nadie puede lícitamente firmar contratos en nombre de otros. Si un hombre tiene la facultad de imponer unilateralmente su voluntad sobre otro y llamar a eso “contrato”, entonces por lógica un hombre puede violar a una mujer y llamar a eso un acto de amor.
Estatista: Pero yo acepto el contrato social, y tú también, sólo por el hecho de conducir en las calles.
Yo: En primer lugar, tu disposición a cumplir un contrato no te da derecho a forzarme a mí a cumplirlo. Puedes elegir comprar una casa, pero no sería justo que me fuerces a pagar por ella. Si falsificas mi firma, eso no me obliga a cumplir el contrato, y yo nunca he acordado un “contrato social” de ningún tipo. En segundo lugar, es verdad que utilizo servicios gubernamentales, pero eso es irrelevante a la hora de examinar el núcleo moral de la coerción. Si un esclavo acepta comida de su amo, ¿significa eso que está aprobando la esclavitud?
Estatista: Supongo que no. Pero aún así, implícitamente tú aceptas el contrato social del país en el que decides permanecer, como sostuvo Sócrates.
Yo: ¿Sería justo si yo crease un “contrato social” que me permitiese robarle a cualquiera que viva en mi vecindario, y alegar que quienes decidan permanecer en “mi” vecindario estarían expresamente aceptando mi nuevo contrato social?
Estatista: No, bueno, pero estamos hablando de gobiernos, no de individuos…
Yo: ¿No está compuesto el gobierno por individuos?; ¿no es “el gobierno” sólo una etiqueta para un grupo de individuos que se adjudican el derecho moral de iniciar la fuerza contra otros –un derecho que definen como inadmisible para aquellos contra los que ellos mismos usan la violencia–? Si uno quita a todos los individuos que componen “el gobierno”, ¿tienes todavía un gobierno?
Estatista: Supongo que no. Pero ese no es el punto. Tú dices que la tributación es coercitiva, pero yo he pagado impuestos toda mi vida, y jamás he tenido un arma apuntando a mi cabeza.
Estatista: No, sin embargo no acepto la premisa de que el gobierno utiliza la fuerza para recaudar impuestos.
Yo: Muy bien, ¿hay algún acto del gobierno con el que no estés de acuerdo?; ¿estás de acuerdo, por ejemplo, con la invasión de Irak?
Estatista: Pues bien, creo que la invasión de Irak fue moralmente incorrecta.
Yo: ¿Por qué?
Estatista: Porque Irak no hizo nada para amenazar a los EE.UU.
Yo: Bien, entonces la invasión de Irak implicó la iniciación de la fuerza, por cuanto no fue realizada en defensa propia. Como te darás cuenta, la guerra en Irak sólo es posible porque pagas tus impuestos.
Estatista: Claro, hasta cierto punto.
Yo: Si la guerra en Irak es moralmente incorrecta, y sólo es posible porque pagas tus impuestos – que según dices no te son extraídos a la fuerza – entonces estás financiando y haciendo posible aquello que llamas inmoral. ¿Puedes explicarme esto?
Estatista: Pago mis impuestos porque soy un ciudadano de este país. Si no estoy de acuerdo con la guerra, entonces debería postularme para un cargo político a fin de intentar detenerla.
Yo: Muy bien, si estuvieses en contra del abuso de menores, ¿financiarías voluntariamente a un grupo dedicado al abuso de menores?
Estatista: ¡Por supuesto que no!
Yo: Y si sostuvieras que estás en contra del abuso infantil, y voluntariamente financiases a un grupo dedicado a abusar de niños, y yo dijera que deberías dejar de financiarlo, y tu respondieses que de ninguna manera, y que si alguien se opusiese a este grupo abusivo, debería intentar infiltrarse en él, tomar el control del mismo y, de alguna manera, lograr que sus integrantes dejen de abusar de menores… ¿tendría eso algún sentido?
Estatista: Supongo que no.
Yo: Si estuvieses en contra de la guerra de Irak, pero te enlistaras voluntariamente para la misma, y accedieras a pelear sin un salario, usando tu propio dinero para cubrir todos tus gastos… ¿tendría sentido semejante postura: estar en contra de algo por lo que estás dispuesto a gastar enormes cantidades de tiempo, esfuerzo, dinero y diversos recursos?
Estatista: Pues eso tendría poco sentido.
Yo: Entonces, ¿puedes entender por qué sostener que la guerra de Irak es un mal moral, a pesar de lo cual voluntariamente la financias con tus impuestos, no tiene ningún sentido? Si la guerra de Irak es un mal moral, pero sólo es posible gracias a tu financiación voluntaria, al seguir financiándola estás admitiendo abiertamente que para ti no es un mal moral. En cambio, si fueras obligado a financiar la guerra en Irak, podrías sostener lógicamente que la misma es un mal moral, y que implica la iniciación del uso de la fuerza. Por ende los impuestos, que son la iniciación del uso de la fuerza en tu contra, también deben ser un mal moral, porque te obligan a financiar la iniciación del uso de la fuerza en contra de otras personas. En consecuencia, o la tributación es coerción, o tú eres la peor clase de hipócrita moral: aquel que voluntariamente apoya lo que considera malvado.
¿Tiene sentido?
Estatista: Claro, puedo entender esa postura.
Yo: ¿Puedes encontrar alguna falla lógica en ella?
Estatista: No, pero aún así pienso que estás equivocado.
Yo: Bueno, sinceramente me alegra que estés leyendo este artículo en vez de estar debatiendo conmigo porque, como dije al principio, la vida es demasiado corta para perder el tiempo discutiendo con necios.
El Ocaso del Estado
El Ocaso del Estado: El Principio de No Agresión (Versión Escrita)
Una vez, se creyó que la Tierra era el centro del universo, con los planetas, las estrellas y el Sol orbitando alrededor de ella. A medida que las observaciones mejoraron, extrañas complicaciones comenzaron a estropear este modelo, particularmente la órbita de Marte. Mientras la Tierra gira alrededor del Sol, Marte a veces parece retroceder a medida que lo superamos.
En un fútil intento por resolver este problema, se crearon teorías terriblemente complicadas de círculos dentro de otros círculos, enredando las matemáticas en un creciente caleidoscopio de interminable complejidad. Algunos valientes pensadores -y debían ser valientes en esos días- probaron colocando al Sol en el centro del Sistema Solar. Ah, entonces todo cobró sentido de inmediato.
El loco enredo del Sistema Ptolemaico de círculos dentro de círculos y de ecuaciones sobre más ecuaciones, se evaporó en un instante. Sólo necesitaban de unas pocas ecuaciones para una precisión perfecta.
La misma simplicidad, claridad y precisión les fueron reveladas a los navegantes cuando aceptaron que el mundo era redondo, en vez de plano, y a los físicos, cuando aceptaron el argumento einsteiniano de que la velocidad de la luz es constante.
Los sistemas basados en premisas falsas siempre se tornan cada vez más complicados, mientras se acumulan infinidad de correcciones y ajustes para intentar que parezcan más correctas. Tras algunas generaciones, estos errores acumulados se tornan tan ridículamente complejos que el sistema entero se vuelve insostenible y un tanto embarazoso. Incluso el inexperto capta que debe haber algo fundamentalmente equivocado en todo este lío, y algunas almas valientes sacan un papel en blanco, dejan de lado sus preconceptos, y comienzan de cero, basándose en la razón y la evidencia, y no en los errores acumulados de la historia.
El principio central de todos los sistemas de la moral humana es el Principio de No Agresión. Todos lo aprendemos cuando somos niños: No golpees, no empujes, no lastimes, no robes. Aprendemos que la violencia, la intimidación y las amenazas están mal, son inmorales, y que sólo empeoran cualquier problema que estés intentando resolver. Esa es la regla que se nos enseña cuando somos niños, y es una buena regla: consistente, lógica, empírica. Pero luego, cuando crecemos, si tenemos el coraje de verlo, entendemos que no es así como se maneja la sociedad adulta, en absoluto.
En la sociedad adulta, debes pagarle con dinero a un grupo de hombres y mujeres o ellos llamarán a otros hombres y mujeres con disfraces azules para que vengan y te lo quiten. Y, si tratas de defenderte de este robo, te dispararán. Esta es la realidad de las sociedades con gobiernos. Tu sociedad.
En las sociedades estatistas, el libre intercambio entre adultos libres, que no es del agrado de algunos, puede hacer que te disparen. Si consigues un empleo e intentas evitar el pago de un plan fraudulento de “jubilación”, puedes ser secuestrado y fusilado si te resistes. Si rompes cualquiera de los cientos de miles de reglas inventadas sobre el intercambio y el comercio, eres arrestado. Si no quieres financiar a dictadores extranjeros, eres arrestado. Si no quieres pagar por una guerra nefasta, eres arrestado. Es una historia que nunca acaba.
Cuando éramos niños, nuestras maestras nos decían: “No uses la violencia”, pero si, siendo adultos, no pagamos el salario de una maestra del Estado, somos arrestados. A medida que crecemos, cuanto más miramos alrededor, más nos damos cuenta de que cada “ley” es un arma, y las armas están en todas partes en el mundo adulto, y de que el uso de la violencia para obtener lo que quieres es la base de la sociedad en la que vivimos.
Entonces, ¿en qué quedamos?, ¿la violencia es buena o mala?
Nuestro sistema estatista se ha tornado tan ridículamente complicado porque tiene, como el modelo geocéntrico del sistema solar, un error fundamental en su raíz misma. Este error es la creencia de que la violencia es la mejor forma de resolver problemas sociales complejos; la ilusión de que si se apuntan suficientes armas contra suficientes personas, si se crea suficiente deuda usando a los no-nacidos como garantía, si se secuestran y esclavizan suficientes almas libres, el mundo será cada vez mejor, mejor y mejor. ¿Cómo nos está funcionando?
El código tributario, agresiones en contra del libre intercambio y el consumo personal, la multiplicación interminable de leyes que gobiernan cada aspecto de nuestras vidas, éstos son los círculos dentro de círculos del modelo geocéntrico del Sistema Solar. El único final para esa complejidad cada vez mayor, es el colapso total.
Cuando reconozcas que las crecientes complicaciones revelan errores fundamentales en la raíz de un falso sistema, verás que el Principio de No Agresión necesita ser puesto en el centro de nuestras virtudes, de nuestra moral, de nuestra sociedad como un todo. Como el Sol mismo, necesita estar en el centro de todo lo que hacemos. El Principio de No Agresión no puede “orbitar” alrededor de una jerarquía primitiva y violenta, que de hecho hemos heredado de simios y cavernícolas.
Piensa en ello: una sociedad sin violencia organizada, sin la amenaza de la coerción del Estado, sin secuestros institucionalizados, sin robos, sin encarcelamientos… Sin impuestos, y sin el robo devastador de la moneda fiduciaria estatal (falsificación).
¿Te sientes mareado? Deberías.
Cuando el Sol fue puesto en el centro del Sistema Solar, donde de hecho se encuentra, fue desorientador para todos en esa época. Tal como la relatividad de tiempo y espacio de la física de Einstein fue desorientadora. Tal como la evolución es desorientadora para muchos, y la física cuántica juega con la mente de cualquiera que realmente la capta.
En la fase de las antiguas falsedades, la verdad es a menudo vertiginosa y confusa, y ajena, y extraña. Cuando ponemos el Principio de No Agresión en donde debe estar: en el centro de la moral y la sociedad, las creencias que sostuvimos por decenas de miles de años súbitamente se evaporan. El antiguo error del Estado moralmente justificado se desintegra en los átomos de maldad que lo componen. La vertiginosa y creciente complejidad de leyes sobre leyes, armas sobre armas, asesinato sobre asesinato, todo este horrendo desastre es develado como intentos desesperados para encubrir el crimen fundamental de la violencia institucional justificada.
El mito del “contrato social” es develado como un arma apuntada al cuello del no-nacido. Las leyes son expuestas como prejuicios bien provistos de armas. Los impuestos se develan como robo, el hacer lobby como soborno, el arresto como secuestro, los gobiernos y los ejércitos como las pandillas criminales más exitosas, y las escuelas como campos de adoctrinamiento, alimentados por la violencia, para niños indefensos y dependientes.
Es desconcertante, es confuso, es aterrador, es vertiginoso, y es… verdad.
La luz solar de la razón, de la moral y la verdad es esencial: debe estar en el centro de todo lo que hacemos, porque en la sociedad, así como en el mundo, el Sol puede estar saliendo o poniéndose, quizás hacia una noche sin otro amanecer.
Que la tenue luz de nuestro mundo moderno sea la de un ocaso o la de un amanecer… eso… depende de ti.
El Contrato Social
El Contrato Social – definido y destruido en menos de 5 minutos (Versión Escrita)
Por Stefan Molyneux
El contrato social es la idea de que los ciudadanos que viven en un país deben obedecer al gobierno, y que permanecer en el país, teniendo derecho al voto, constituye una forma de “contrato” voluntario entre el ciudadano y el gobierno.
Por lo tanto, el Contrato Social es:
-Geográfico (específico de cada país)
-Unilateral (del estado al ciudadano, en términos de impuestos, leyes, etc.)
-Implícito (no se firma; no es un acuerdo formal, como por ejemplo una hipoteca)
Ahora bien, toda metodología que se proclama válida debe estar sujeta a sus propias condiciones. Un ejemplo de esto: “en Derecho, nadie está por encima de la ley.”
El método científico – a diferencia de la revelación religiosa – debe someterse a sí mismo al método científico. Si comparamos los resultados que derivan de aplicar el método científico con los de otras formas de “conocimiento”, estamos sometiendo el método científico a sí mismo. La lógica y la evidencia deben someterse a sí mismas a la lógica y la evidencia, atendiendo a la coherencia de las proposiciones y a la realidad.
Así, el ateísmo no puede proclamar como autojustificación que dios le ha dicho a un ateo que dios no existe. Eso sería una contradicción en los propios términos.
El gobierno se postula a sí mismo como el máximo y único organismo de justicia en un territorio, y afirma que su justificación es el Contrato Social. Por lo tanto, el Contrato Social tiene que ser el mejor y el más virtuoso de los contratos existentes, puesto que constituye la raíz de todos los contratos que el estado obliga a cumplir. Y lo opuesto al Contrato Social tiene que ser injusto e inmoral – esto es lógica elemental: si A es justo, anti-A debe ser injusto.
Ya sabemos que el Contrato Social es geográfico, unilateral e implícito. Así pues, todos los contratos que cumplen con estos requisitos también tienen que ser justos.
Veamos un ejemplo de Contrato Social, el de un concesionario de automóviles: como tal, envío una carta a cada uno de los hogares dentro de un radio de diez cuadras, diciendo a sus propietarios que:
-Yo he comprado un automóvil en su nombre.
-Que pueden elegir entre un Volvo y un BMW.
-Que si no eligen uno de los dos, les enviaré el que haya elegido la mayoría.
-Que el automóvil les será entregado la semana entrante, y que no podrán devolverlo.
-Que adjunto la cuenta por un valor de $30.000.
-Que si no quieren el automóvil no hay problema: todo lo que tienen que hacer es mudarse a otro vecindario, donde tendrán que elegir otro automóvil.
Digamos que llevo este Contrato Social de concesionario de automóviles al gobierno y le pido que lo haga cumplir. ¿Cuál será su respuesta? Bueno… me tratarán de loco y se reirán de mí a carcajadas. Si luego tomo una pistola y voy a recoger mis $30.000, seré considerado un agresor inmoral y seré enviado a la cárcel por muchos años. Sin embargo, estoy cumpliendo estrictamente con los requisitos del Contrato Social – es geográfico, unilateral e implícito.
Dado que el gobierno invoca la validez universal del Contrato Social para justificar su existencia, pero tildará de malvado e injusto a cualquiera que pretenda imponer un contrato análogo, el Contrato Social es, entonces, considerado por el gobierno como el bien moral por excelencia y simultáneamente como el mayor de los males morales.
Ahora bien, si el Contrato Social es el bien por excelencia, el gobierno debería defenderlo para todos. Pero el gobierno hace lo contrario (ataca a los demás Contratos Sociales); en consecuencia, el gobierno es inmoral. Y si el Contrato Social es el mayor de los males, entonces el gobierno también es inmoral, puesto que lo usa como justificación de su poder.
¿HAY ESCAPATORIA?
Ah!… pero quizás podamos añadir la siguiente enmienda al Contrato Social: no puede haber superposición geográfica. No sirve: los gobiernos consideran moralmente válidos a los Contratos Sociales geográficamente superpuestos – federal, local, municipal, etc.
Podríamos quizás decir que el Contrato Social sólo se aplica a los gobiernos. Pero por definición, para ser válido el Contrato Social debe aplicarse a todos (especialmente a los desdichados “contribuyentes”). Ahora bien, si el Contrato Social se aplicara a todos, todos podrían crear e imponer un Contrato Social: el gobierno podría decir “mi Contrato Social me permite enviarle una cuenta de $10.000 en concepto de impuestos”, y yo diría “ok, mi Contrato Social me habilita a mí a enviarle al gobierno una cuenta de $10.000.” Nada se logra; se cancelan mutuamente.
Por lo tanto, el Contrato Social sólo es posible si se lo considera, simultaneamente, el bien por excelencia y el mayor de los males: si el gobierno lo hace está bien; si yo lo hago está mal – es moralmente aceptable que la Persona A imponga un Contrato Social a la Persona B, pero viceversa es inmoral.
Entonces, en la medida en que el Contrato Social es moralmente válido, el gobierno es inmoral por atacar la competencia entre diversos Contratos Sociales, universalmente buenos, que se intentan imponer. En la medida en que el Contrato Social es inmoral, el gobierno es inmoral, ya que lo utiliza para justificar su poder coactivo.
De esta manera, el Contrato Social invalida absoluta, completa y totalmente al Contrato Social.
Narcotráfico, marxismo y antiimperialismo
LA SOCIEDAD ABIERTA Y SUS ENEMIGOS
Narcotráfico, marxismo y antiimperialismo
Por Orlando Ochoa Terán
![]() | Hace algunos años, Cuba y otros regímenes marxistas fueron seducidos por la noción de que promover el tráfico de drogas hacia EEUU y la UE era una forma legítima de lucha contra el capitalismo. Crearon un monstruo incontrolable que amenazó con devorarlos. ¿Incurre el socialismo bolivariano en el mismo error? |
De acuerdo con el reporte de 2010 del National Drug Intelligence Center, 25 millones de norteamericanos mayores de 12 años han consumido alguna vez drogas. Las consecuencias del consumo de drogas van más allá de la salud de los consumidores: el coste asociado a la violencia y la criminalidad ha sido calculado en 5.000 millones al año. Según el referido informe, la mayoría de la droga consumida en EEUU procede de América Latina y el Caribe.
No obstante los esfuerzos del gobierno de EEUU, dentro y fuera de sus fronteras, para combatir el narcotráfico, el problema no ha hecho sino agravarse a medida que las operaciones de contrabando han ganado en sofisticación. Por otro lado, no hay un solo producto agrícola que pueda competir en rentabilidad con el cultivo de coca.
Simbiosis drogas-revolución
A fines de la década de los 90, la alianza entre los narcos y la guerrilla llegó a ser tan poderosa que amenazó la gobernabilidad de Colombia. Lo cual probablemente dio nuevos bríos a la noción de que, con la ayuda de las drogas, podía tumbarse una democracia capitalista a la mayor gloria de la revolución.
Las revelaciones de Walid Makled actualizan esa vieja prédica marxista de usar el tráfico de drogas como un arma antiimperialista. Y eso que a Cuba y a varios países africanos tal experiencia les resultó devastadora: el daño que causaron al capitalismo fue mínimo; en cambio, hicieron que se dispararan los índices de corrupción, violencia y criminalidad. Ahora bien, Castro aprovechó la coyuntura para asesinar a disidentes y peligrosos rivales políticos como el general Arnaldo Ochoa.Las advertencias
No era necesario ser un consumado estratega para prever que el Plan Colombia y, en consecuencia, la ofensiva militar contra la narco-guerrilla tendría repercusiones en Venezuela, especialmente si se tomaba en cuenta la condescendencia bolivariana con aquélla, pese a que se declaró inicialmente "neutral" en el conflicto del país vecino.
A las primeras advertencias del periodista Roberto Giusti –que con inusitada precisión reveló hechos concretos sobre esas relaciones y sobre los lugares que servían de aliviadero a la narco-guerrilla en Venezuela– siguió, en noviembre de 2003, un reportaje de la periodista americana Linda Robinson, que causó un gran revuelo internacional por las presuntas vinculaciones de funcionarios venezolanos con la narco-guerrilla colombiana y con terroristas islámicos.
Robinson fue descalificada por el gobierno bolivariano de una manera sospechosamente brutal. El presidente Chávez calificó el reporte de "asqueroso, cínico y cochino": "Se busca –añadió– justificar cualquier cosa, un magnicidio o una invasión''. El entonces vicepresidente Rangel advirtió sobre los peligros inherentes a "ese periodismo basura".
Esta noción de lucha antiimperialista pudo haber seducido a los bolivarianos. Sin embargo, la incompetencia y la desidia que les caracteriza permitieron que el monstruo, alimentado por una insaciable codicia, creciera desaforadamente, hasta hacerse incontrolable; al punto de que amenaza con devorarlos.
Walid Makled es sólo un vástago de ese monstruo.
El conveniente camelo de la desregulación
ECONOMÍA
El conveniente camelo de la desregulación
Por Juan Ramón Rallo
![]() | Bien mirado, puede que las críticas izquierdistas contra esos dos culpables de la depresión actual, la desregulación y la codicia deshumanizada, no sean más que mera fachada. |
Es cierto que en el ADN ideológico del socialismo está grabada la aversión a la libertad como principio rector del orden social, pero me temo que las vergüenzas que con tan furibundas críticas a la desregulación y a la codicia se están intentando tapar son otras.
Piénselo un momento. ¿Cuáles son las principales quejas del intervencionismo monetario en estos momentos? La primera y principal, que los bancos están restringiendo el crédito a los Estados, lo cual estaría obligando a éstos a abandonar los planes de estímulo que necesita la economía para recuperarse. La segunda y subsidiaria, que el crédito no está llegando a las empresas ni a los consumidores. Dicho de otro modo, incluso en la situación actual, con ese Himalaya impagable de deuda que pesa sobre nuestras espaldas, la única respuesta a la crisis que los dirigistas alcanzar a dar es... más endeudamiento público y privado.
Otro ejemplo. ¿Contra quién se dirigen las iras de esa misma amalgama de políticos, economistas, librepensadores, periodistas y opinólogos que acríticamente abogan por "más regulación", sin saber exactamente en qué? ¿Contra un Bernanke que mantiene contra viento y marea los tipos de interés al 0% para abaratar el coste de los despilfarros de Obama y tratar de que algún imprudente ciudadano estadounidense pida algún crédito de más? ¿O contra un Trichet que, si bien lentamente, está intentando colocar los tipos a niveles más razonables, para así contener el indómito endeudamiento público europeo y estimular un ritmo más acelerado de amortización de nuestra deuda? Pues, obviamente, contra Trichet, que nos niega el pan y la sal, lo que es tanto como decir que nos niega la deuda.
Uno estaría tentado de plantearse si no hemos aprendido nada de los acontecimientos de la última década. Pero el problema es más profundo: nada hay que aprender. El intervencionismo actual va indisociablemente ligado al inflacionismo: no pueden concebir otra forma distinta de la deuda para que la sociedad produzca más bienes y servicios y el Estado se expanda.
Por eso todo el énfasis se concentra en la desregulación y en la codicia: el problema no fue el qué, sino el cómo. La crisis se desató no por la hipertrofia de una deuda que superaba con mucho el volumen de ahorro real, sino porque esos torrentes de deuda estuvieron mal dirigidos: no sólo no se veían sometidos a la aprobación de planificador central alguno que evaluara su contribución al bien común, sino que, al contrario, se emplearon espuriamente para maximizar la codicia de una camarilla de banqueros privados. En definitiva, no es que necesitemos menos bacanales de deuda artificialmente abaratada, es que necesitamos que esas bacanales sean planificadas y supervisadas por el Estado.
Y es aquí donde me asalta la duda de si estamos ante la ignorancia del ungido o ante la maldad del avergonzado. Pues nadie con dos dedos de frente, nadie con una pizca de formación teórica e histórica, podrá sostener durante más de dos segundos que si el crédito se expande a tasas análogas a las de la década pasada, pero esta vez teledirigido desde la Casa Blanca o desde La Moncloa, no se repetirá, corregido y aumentado, el desastre que hemos padecido. Si los mismos políticos que ni supieron comprender que estábamos experimentado la mayor burbuja inmobiliaria de nuestra historia ni fueron capaces de ver venir la crisis –pero, en cambio, sí ven venir de continuo una recuperación que no llega– son los encargados de valorar los proyectos empresariales y familiares de miles de millones de personas, vamos listos.
No digo que no haya ingenuos distopistas que crean poder saltarse a la torera todas las limitaciones que la naturaleza humana y nuestros órdenes sociales imponen a tamaña planificación central, lo que me extraña más es que economistas profesionales, que a buen seguro son conscientes de ello, se sumen a esta competición de demagogia.
Y es aquí donde va cobrando fuerza la alternativa de que quizá no estén tratando de llegar al fondo de la cuestión, sino simplemente quedándose con un conveniente pretexto de forma. Al fin y al cabo, muchos fosilizados economistas han interiorizado ciertos principios propios del keynesianismo –como que todo gasto, y por tanto todo endeudamiento, es bueno y generador de riqueza–, a los que no pueden renunciar sin poner en solfa todo aquello que saben o creen saber. La inversión que han efectuado en capital humano es demasiado importante como para tirarla por la borda, pese a que en última instancia supone la última de las malas inversiones patrocinadas por todo el clima de endeudamiento abaratado de las recientes décadas.
Ahí está el célebre caso de Krugman, quien en 2001, para salir de la crisis de las puntocom, propuso reducir los tipos de interés a fin de generar una burbuja inmobiliaria. Los habrá que, hipnotizados por el de Princeton, se negarán a creer que realmente dijera lo que dijo. Mas, en todo caso, esos mismos deberían plantearse si su posición actual, ésa que reza que toda contracción (esto es, reducción) del crédito es negativa y que toda explosión resulta saludable, no se asienta sobre las mismas bases intelectuales que las que habrían motivado a cualquier economista defender en 2001 recortes drásticos en los tipos de interés para que el crédito creciera como finalmente creció.
Y si es así, tal vez ha llegado la hora de que revisen esas bases o, más bien, esos prejuicios intelectuales. Puede que sea más cómodo sumarse a la explicación sencilla y peliculera de la desregulación y la codicia, pero desde luego no es lo más honesto ni, sobre todo, lo más beneficioso para nuestra libertad y nuestra prosperidad.
¿Esperamos algo de la derecha?
LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA
¿Esperamos algo de la derecha?
Por Horacio Vázquez-Rial
![]() | Zapatero, como bien dice Albiac, es un presidente post mortem. Su deceso político tuvo lugar el día en que anunció que se retiraba de la candidatura de 2012. No se sabe quién le sucederá en esa difícil empresa, pero, al parecer, de atender a los sondeos de opinión, el solo hecho de que haya reconocido su caducidad ha servido para que los votantes se lo piensen dos veces antes de dar su apoyo a Rajoy. |
La diferencia en puntos entre los dos grandes partidos se redujo de pronto a la mitad. O sea, que es una cuestión de dirigentes. Los socialistas, como ya es hábito, han empezado a hablar de "democracia interna". Pero no lo han hecho hasta que el líder no se ha pronunciado. Hasta ese momento no había nada de democracia y había que esperar a que él decidiera si se quedaba o se iba. Lo cual les inhabilita moralmente para criticar el origen digital del puesto de Rajoy. Al que venga no lo pondrá Zapatero, como hizo Aznar con don Mariano, pero sólo tendrá el cargo porque el presidente lo permite al marcharse. Hay que elegir entre faisán, hípica o nacionalismo catalán: ¡qué horror!
Pues bien, ya es hora de que Mariano el de Génova y Génova en conjunto comprendan que es cuestión de líderes, aunque sean tan borrosos como los que tenemos a mano, y que sólo si este hombre, este candidato, sale de la modorra podrán ganar como preveían, con una mayoría cómoda, si no absoluta, como esperaban sin haberse ganado la posibilidad.
La política de silencio de acabó, o se acabó el triunfo electoral esperado.
Y sin ese triunfo, con un triunfo a medias, se abrirá un periodo incierto, en el que el PP en el poder tendrá que apañárselas y pactar con Mas, con el PNV o con cualquier otro partido indeseable de esas características. Hoy escribe Sergio Valdés desde Mieres unas palabras a propósito de la indolencia europea ante el islam que son redondamente aplicables al caso:
Hemos de pasar a la acción, y a una acción contundente, decidida y sin complejos, porque, señores, o lo hacemos ya o estamos muertos...
La pregunta es si la derecha española actual está en condiciones de pasar a la acción después de ocho años de oposición en siesta, esperando que el gobierno se desgaste por sí mismo, cosa que éste ha hecho activamente. Pero ese desgaste no se debió a ninguna de las instancias que, desde el punto de vista del pensamiento, nos parecen importantes. No se debió a la ley del aborto, ni a la ley de eutanasia, ni a la ley del tabaco, ni a la ley de la señora Sinde, ni a los ERE podridos –la mayoría dice: ellos tienen Gürtel y a Camps en candidato–, sino única y exclusivamente a la derrota económica hacia el abismo en la que estamos empeñados. Ni más ni menos.
Por eso nadie ha dicho en el PP: si ganamos, vamos a cambiar eso del aborto a los dieciséis, o vamos a ablandar la ley del tabaco, como se ha hecho en Alemania. A propósito: hace unos días vi a Mariano en la tele y decía, ante una pregunta sobre el tabaco: "Creo que nosotros nos abstuvimos en la votación". "Creo", no estaba seguro. Y recuerdo a mis lectores que la ley blanda fue obra de Ana Pastor, aunque no llegó a aprobarse en los días de Aznar.
En una de sus cartas dominicales, le decía Pedro J. a Mariano: "Fuiste un ministro 10 y, aunque ahora no eres tan buen candidato, estoy seguro de que serás un buen presidente". Pues yo no. Mariano no fue un ministro 10 en Interior, como no fue Juan Cotino –ahora en los cielos del gobierno valenciano– un director general de la policía 10: manejaron peor que mal el gran suceso de la época, que quedó en el limbo del pasado, el de las niñas de Alcácer. Desde luego, revolviendo los presuntos huesos del presunto asesino Anglés, al que nadie volvió a ver, no ganaron precisamente popularidad. Porque ser ministro de Interior no es un puesto desde el cual ocuparse de ETA y nada más que de ETA.
Rajoy tiene que demostrar algo, si quiere votos. Tiene que ser una alternativa real, proponer cosas concretas, distintas de las que proponen los socialistas, y con la seguridad de que van a ser bien recibidas. Aunque Franco haya ganado la guerra, por razones más militares que políticas, y más internacionales que nacionales, España es hoy un país de izquierdas, y esas izquierdas cuentan con una maquinaria de propaganda, ya centenaria en Europa, impecable, que hace aceptable todo, desde Carrillo hasta Pepiño. Y, entre otros motivos, las izquierdas tienen sobre las derechas la ventaja de la utopía, que siempre funciona sobre las masas. "Vamos a alcanzar el socialismo", "Vamos a hacer comunas en Aragón", "Vamos a dar vuelta la historia", son grandes pivotes sobre los cuales hacer girar cosas tan infames como la muerte digna, que, en cualquier caso, es muerte, cada vez más controlada por el Estado.
¿Qué le opone la derecha a esos alardes ideológicos –no es pensamiento, es ideología, acumulación de basuritas y consignas, que se sostiene sobre utopías– en el terreno de la política práctica? Nada, absolutamente nada. La derecha española carece de un cuerpo doctrinal. Cuando lo tuvo, antes de la guerra, no pasó del patriotismo y la condición católica, que están ahí, pero no son suficientes. Ahora, ni eso. Las autonomías han acabado con el patriotismo, por mucho que se esfuerce Denaes, y lo digo con toda mi simpatía. El avance del islam, promovido con subvenciones y manifestaciones anticristianas desde el gobierno, ha superado cualquier expectativa, y tal vez ahora se esté cumpliendo aquel soberbio y prematuro anuncio de Azaña, acerca de que España había dejado de ser católica, ya en 1931.
Aznar, con todo lo que se le supone de influencia en el PP, juega en otra liga. La creación de Amigos de Israel podría haber generado en el PP un discurso distinto del de la izquierda respecto de Oriente Medio, pero ahí seguimos, callados. Lo que hace pensar que la política exterior española, con sus repugnantes dependencias de Marruecos y otros socios indeseables, continuará. En última instancia fue Ana Palacio, antes de que Aznar creciera política e históricamente, quien afirmó que Europa no es "un club cristiano", en apoyo del ingreso de Turquía en la UE: pocas cosas he oído yo en mi vida más típicas de la izquierda reaccionaria. Pero era la política de una ministra de derechas.
El PP, en su largo camino hacia el centro, ha sido incapaz de impedir su mimetización con los programas socialdemócratas. Sospecho que Mariano el de Génova carece de ideas propias en ese sentido, desconoce tanto a Cánovas como a Sagasta y Romanones. No consigue entender que el centro es liberal, y que el paso que hay que dar es la fusión de conservadurismo y liberalismo. Basta con acercarse a Sagasta, no hace falta una alianza con Largo Caballero.
De esta derecha no espero gran cosa en el gobierno, espero poco distinto de lo que hay. Buena parte de los reclamos que en el Congreso se han hecho a Zapatero en estos siete años y monedas que llevamos con él han sido por su escaso socialismo, por su poca atención o su falta de generosidad a la hora de congelar medidas absurdas en la atención a los parados o a ese cheque bebé que no corresponde a una política de promoción de la familia (que hace falta, pero no así), sino a un desborde de dinero con destino a quienes sí tienen hijos, que no son mayoritariamente los españoles, sino los inmigrantes.
Pero aun esa confusión, esa indefinición, hay que venderla si se quiere ver al PSOE fuera del poder, al menos por un tiempo. Hay que venderla con discurso, aunque sea un discurso endeble, y no con silencio y espera y trapacerías. En los pocos momentos en que Rajoy abre la boca, va y suelta cosas como: "¿Costa? ¿Quién es Costa?", de un cinismo digno de Rubalcaba. Entonces pienso que está mejor callado. O limitándose a leer lo que le escriben. Habida cuenta de que lo que se escribe en los talleres ideológicos de los partidos nunca es más que lo que cada organización da, pero al menos evita metidas de pata de las gordas.
No hay un programa claro –ni político, ni fiscal, ni de reindustrialización: la creación de empleo es un mantra inútil si no se habla de industria, en España, donde se llama "industria" al turismo–. No hay un discurso sólido. Por no haber, no hay siquiera populismo, y por eso, porque sabe desarrollar lo popular, Esperanza Aguirre es un grano en el culo de sus compañeros de filas. Pero ella sí que va a ganar con mayoría absoluta –dice el presidente que ganaría Gómez si le dieran más tiempo en Telemadrid: da risa–, y con mi voto. Hay una práctica de realizaciones en todos los campos, incluido el fiscal en el tramo autonómico: Artur Mas empieza a proponer reformas parciales en el impuesto de sucesiones en Cataluña, años después de la completa reforma madrileña.
"Vamos a reducir a su mínima expresión el impuesto de sociedades" es una frase tan sencilla como rica en consecuencias a la hora de promover la pequeña y mediana empresa. Más sencilla que "Abracadabra, empleo, créate", de más dudosos resultados. "Vamos a reducir el tiempo burocrático de la creación de sociedades de mes y medio a cinco días, el plazo de los países desarrollados", es igualmente eficaz. "Vamos a permitir la construcción de mezquitas en suelo español cuando se nos permita edificar iglesias en los países árabes", como dijeron y decidieron los sensatos noruegos; o más simple aún: "Cuando se deje de matar cristianos en los países árabes". No son cosas tremendas, pero nadie las dice. Y servirían para que la derecha española empezara a tener un perfil.
¿Pero por qué voy a esperar nada de eso, si no puedo esperar que los eurodiputados del PP opten por viajar en turista a Bruselas, una distancia casi doméstica, y den ejemplo a los socialistas y demás ralea? Una conducta impecable en asuntos de dinero también contribuiría a generar ese perfil: podríamos decir que la derecha española aspira realmente a la moralización de la vida pública. Pero, de ser así, Bárcenas hubiese durado siete segundos en Génova, y las listas no estarían llenas de imputados, tal vez en ninguno de los dos partidos, porque el PSOE no resistiría la comparación. El silencio de Mariano el de Génova se ha extendido también a este asunto, parece cosa que no va con él. Y si tendría que hablar respecto de un programa mínimo, más tendría que hablar de esto.
Para eso, tiene que convencerse –no sé qué dirá Arriola al respecto– de que no basta con que el rival sea malo: hay que demostrar que uno es bueno. Porque de pronto el rival desaparece, como es el caso, y uno desaparece con él, como también está empezando a ser el caso. Un programa mínimo es fácil de elaborar y de proponer, si se tiene claro qué es lo que se quiere hacer. La impresión es que no se lo tiene claro. Y es que en España no ha habido ni hay teóricos de la nueva derecha. O como llamemos al invento. Porque debo dejar constancia de que he empleado los términos izquierda y derecha para que nos entendamos, pero son términos caducos, que tuvieron vida entre 1789 y 1989, exactamente dos siglos, y ya no significan nada, son sólo nombres.
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